Capítulo 9

977 168 35
                                    

Jenne Holder

Parpadeé lentamente algunas veces,deseando abrir los ojos del todo e intentando ignorar la punzada de dolor que sentía en mis sienes con solo hacer ese mínimo movimiento muscular.Llevé una mano hasta mi nuca,estaba tibia,lo que hizo que mi piel terminara erizada con mi propio tacto,pues tenía la mano sudada y fría.

Tal parecía que pasaba por una tremenda resaca después de haber bebido durante días si parar.

Por una rendija de mis ojos enfoqué el techo:blanco,pulcro, miré a la derecha para toparme con gruesas cortinas negras moviéndose como un mar con oleaje a causa del aire que entraba por la ventana abierta.

Que también me permitió notar que era de noche.

Posé las manos a ambos lados de mi cuerpo y ,apoyándome en ellas,me senté con cuidado,mareándome súbitamente.Por unos segundos ,todo se volvió gris.Me recuperé al instante,sin atreverme a moverme de más repasé el lugar.

Percibí que, aunque aquella habitación era básicamente como las de cada apartamento de la academia,no tenía la misma decoración que día a día me rodeaba.

No era mi habitación.

Un sonido me trajo de vuelta del mundo de los pensamientos.

Alguien aclarando su garganta.

Giré hacia la izquierda ,de donde había venido el sonido.Allí se situaba una pequeña mesa de noche.Sobre ella un vaso con agua y una caja de píldoras,aunque no distinguía su nombre por la oscuridad.Sin embargo,lo que realmente llamó mi atención fue un cómodo sillón ubicado en el rincón.

En específico,quien lo ocupaba.

—¿Te gusta mi decoración? —Inquirió el individuo desde su posición.

No logré identificar de quién se trataba a primera vista porque la habitación se encontraba en penumbra y su voz era baja,casi inaudible.

Se inclinó y encendió la lámpara de la mesita ,su rostro se vio iluminado por la luz.

Claro.

Aura misteriosa,tono impasible y formal,y ni rastro de una sonrisa encantadora.

Daxell.

—Sí,es muy...limpio todo —Respondí su pregunta entornando mis ojos para poder mirarlo sin que me molestara tanto la luz que emitía la lámpara.

—Toma —Me extendió el vaso y una píldora luego de tomarla de la caja.

—Gracias —la tomé porque,en serio, me hacía falta —.¿Qué... qué...?

—¿Qué haces aquí? —completó la pregunta por mí pasando su mano izquierda por su cabello.

De esa forma noté que llevaba un vendaje que cubría toda su mano,excepto los dedos,y también un poco más allá de su muñeca.

—¿Recuerdas que casi te atropella un auto,verdad? —lo pensé un instante y asentí con un gesto lánguido, depositando el vaso de vuelta en la mesita —.Pues,como Dexter no llegaba,decidí verificar si estaba contigo.Así que te encontré en esa situación y,mientras tú te quedabas tiesa como si tuvieses varias vidas para gastar,yo te saqué de la calle,es decir...te salvé.

»Pero te golpeaste,terminaste inconsciente,entonces te traje conmigo para asegurarme de que te encontrarías bien.

—Oh...muchas gracias —dije tímida rascándome la cabeza formando una mueca con mi boca sin desearlo.

—Entonces...viendo que estás bien —espetó de pronto levantándose del sillón y metiendo en una bolsita de papel la caja de pastillas —.Es hora de que te vayas...Yo te llevo.

Ajena [✓] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora