Capítulo 20

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Jenne Holder

Inmediatamente soltó su agarre de mi cintura y se alejó dejándome firmemente parada.Apartó la vista,y parecía debatirse lo que estaba por decir,hasta que me miró de nuevo,y lo dijo.

—No lo hiciste,no te decidiste.Creo que ni siquiera lo pensaste.Estabas con Kyan en un momento,y al otro con Dexter,ahora te molesta no recibir mi atención —masculló en voz baja —.Quizás no me pidieras ayuda,Jenne,pero es obvio que la necesitas.

Sin darme tiempo a replicar,como tantas veces me ha pasado,se fue.Tomó unas llaves de la mesa y salió del apartamento cerrando la puerta con demasiada fuerza.

Resoplé frustrada.

No se trataba de que quisiera la atención de todos. Ni gustarles. Yo no era así. Me agradaban y no quería apartarme de ninguno de los tres, pero tampoco había cruzado alguna línea importante con alguno. No sé qué le molestaba tanto ¿En serio estaba actuando tan mal para que se comportará como un idiota?

Busqué el baño para refrescarme la cara y, al salir, un poco más calmada, me di cuenta que estaba completamente sola en la casa.

Mordí mi labio inferior. Se me ocurrió algo pero estaba mal. Meterse en las cosas de otros estaba muy mal. Lo sabía. Pero me dio igual.

Abrí la puerta junto al baño. Ya había estado ahí dentro, era la habitación de Daxell. Sin embargo, aquella vez no la había repasado al detalle y me había ido muy rápido. Mi atención se enfocó en un lienzo ubicado en un caballete,.cubierto por una sábana.

Nunca había visto nada hecho por Daxell, y me imaginaba su obra muy sangrienta, oscura. Destapé la pintura con curiosidad y me quedé de piedra por lo que vi.

Tomé asiento en la cama sin poder apartar mis ojos de la pintura.

Era una chica posando desnuda, pero eso no era lo impactante. Lo que me había dejado sin palabras es que esa chica tenía mi cara.

MI cara.

Mis ojos, mi nariz, mi boca. Era el rostro que yo veía cuando me miraba al espejo o me tomaba una foto.

Daxell, el que me ignoraba muchas veces, se enfadaba conmigo, había hecho un retrato de cómo me imaginaba desnuda.

No tuve tiempo de recomponerme del shock porque sentí a alguien abriendo la puerta del departamento. No volví a colocar la sábana, solo salí de la habitación con la mano sobre el pecho y la cabeza dandome vueltas.

—¿Qué pasó? —Dex preguntó con expresión de susto.

—Na... Nada —conseguí decir.

—Si me permites voy a tomar una ducha rápida antes de ponernos con el proyecto.

—Claro.

Tómate todo el tiempo que quieras porque yo lo necesito.

[...]

Más tarde Dexter apareció en el salón solo con una toalla envolviendo la parte inferior de su cuerpo.

Yo me quedé quieta,las palmas de mis manos comenzaban a sudar y tragar mi propia saliva era una dificultad.No podía moverme,no sabía que debía hacer justo en ese momento,y él no parecía darse cuenta de que era víctima del hecho de que haya aparecido de repente en esas fachas.

Hoy estaba siendo un día duro para mí salud mental.

Cabello húmedo,desordenado,con algunas hebras adheridas a su frente.Dorso descubierto,mojado,y músculos tensados por la exasperación con que tomó lo que escuchó,pero no vio.Agarraba las puntas de la toalla de tal manera que temía que de un momento a otro aquella dejara de cubrirlo.Eso me ponía más nerviosas.Hubiese querido prestarle un poco más de atención a su rostro que a su abdomen,fue un poco complicado,y eso lo volvió todo más vergonzoso.

Ajena [✓] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora