Uno.

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— ¡Ah!

Otro chillido, otro golpe directo en mi trasero. Me sujeto a las sábanas con las pocas fuerzas que llevo encima y volteo la cabeza para mirarlo sobre mi hombro por un momento.

Sus ojos oscuros están cristalinos por el deseo y parece que le encanta escucharme chillar de placer. Su cabello castaño y lacio se pega a su frente a causa del sudor que cae a chorros de su cuerpo entero.

— Abre más las piernas. — ordena, apretándome con ambas manos.

— Sí, s-señor. — respondo, con la voz afectada.

Muevo mis piernas temblorosas y siento las rodillas arder por la fricción de las sábanas contra mi piel sensible. Pronto, sus manos toman mi cabello suelto y le dan una vuelta para sujetarlo con mayor precisión. Otro gemido, otro golpe en mi trasero. Apuesto lo que sea a que estoy tan roja como un tomate gracias a los benditos azotes, y no me molesta. En realidad me gusta mucho, me encanta que sea una bestia en la cama y que me hable sucio hasta mojarme.

Namjoon jala mi cabello y mi cuerpo se eleva, sin separar la unión de su miembro contra mi centro, y mi espalda golpea su pecho mojado de sudor.

— Estás tan apretada, cariño. — susurra, con esa voz juguetona y demás seductora, mientras muerde el lóbulo de mi oreja derecha. — Como si fueras virgen otra vez. — ríe. — ¿Te gusta sentirme hasta el fondo? — asiento, entonces él jala con más fuerza mis cabellos, logrando que un quejido doloroso salga de mis labios. — Responde.

— S-Sí, señor. — trago saliva. — Me en-ncanta.

Algo dentro de mí se enciende cuando él me penetra con más fuerza, y mi cuerpo comienza a convulsionar gracias al orgasmo tan intenso que estoy a punto de experimentar. Llevo una mano a su trasero y lo aprieto con fuerza, incrustando mis uñas cortas contra su piel bronceada, pidiéndole mucho más sin necesidad de hablar.

Grito y tiemblo bajo su cuerpo, apretando los ojos y diciendo su nombre como un disco rayado que a él le encanta oír. En el medio de tal espectáculo, escucho su voz risueña, siento sus besos a lo largo de mi espalda y la soledad cuando se separa, rompiendo el único lazo que nos une.

Mi cuerpo, aún contra el colchón, se recupera poco a poco con el pasar de los segundos. Muerdo mi labio inferior y mi pecho sube y baja contra las sábanas, relajándose cada vez más.

— Iré a ducharme. Puedes acompañarme luego, si quieres. — dice, con la voz grave y rasposa. Asiento, o eso intento, y cierro los ojos para descansar un poco antes de que todo este día termine.

El moreno se quita el preservativo usado, le hace un nudo muy bien elaborado y lo lanza al pequeño tacho en una de las esquinas de la habitación del hotel. En mi reposada posición, logro verlo caminar desnudo hacia la puerta de los servicios, donde se pierde luego de una sonrisa furtiva y seductora.

Perfecto. Malditamente perfecto.

— Joder. — susurro, golpeando la frente contra el colchón antes de lanzar una carcajada maltratada.

Luego de unos minutos en los que tardo en recuperarme, me levanto de la cama y camino con pesadez hasta el baño. Adentro, Namjoon se enjabona el cuerpo musculoso, luciendo tan sexy y despertando el deseo en mi bajo vientre otra vez.

Muerdo mi labio inferior y camino de puntillas hasta la ducha, sin hacer ruido alguno. Las gotas de agua tibia que caen sobre mis pies me ayudan a espabilarme para volver al ruedo. Con mucho cuidado, rodeo su cintura firme y acerco mi pecho a su espalda mojada. Las vibraciones que transmiten su risa llegan a mi cuerpo, adormeciéndolo y haciéndolo suyo sin necesidad de ser tocado.

Yes, Sir ➳ RM ┼ Kim NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora