Capítulo 65

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CARTER

— ¿y quien es la bestia de los dos?

— creo que ambos somos bestias para nosotros mismos y el otro es para cada uno la bella que ve más allá de nuestro exterior.

Definitivamente no necesito que Orbela me diga te quiero, sus palabras serán lo más empalagoso que ha dicho en su vida pero básicamente ha dicho que nos necesitamos el uno al otro para no ser monstruos a nuestros ojos.

La beso con todo lo que tengo y ella enrosca sus piernas a mi alrededor, la llevo a la cama y continuamos con los besos.

Para el resto del mundo el te quiero es un todo o nada, una manera de demostrar algo que se muestra con los pequeños detalles. Atacó su cuello y ella pone las manos en mi pecho.

— Carter.

Miedo, su voz es puro miedo, salto de la cama y me paso la mano por el pelo.

— lo siento, voy muy rápido.

— Carter.

— puedo preparar la habitación de invitados si quieres.

— Alexander — noto como ríe y sus ojos achinados resultan adorables — deja de ser tan Idota.

La miro confuso, está de rodillas sobre la cama con la mano extendida hacia arriba, la cojo y me obliga a sentarme de nuevo, como la última vez me da un masaje en los hombros mientras habla.

— no vamos rápido, vamos como tenemos que ir.

Besa mi cuello mientras continúa masajeando, continúa con los besos mientras sus manos se pierden por el cuello de mi camiseta. Sube hacia mi oreja y chupa y absorbe la piel bajo esta, cuando acaba muerde el lóbulo de mi oreja despertando mis sentidos.

Abro los ojos que no se cuando se habían cerrado y me tiro de nuevo sobre ella, me quita la camiseta y se toma unos segundos para observarme descaradamente y pasar las manos por las curvas de mis músculos, muerde mi labio y yo la devuelvo el beso con fervor acabando su tiempo de observación, quito la cremallera de sus botas y luego asciendo de nuevo a su camiseta, se la quito y me tomo mi tiempo para observar la curva de sus pechos, me abalanzó sobre ellos y absorbo la piel en varias zonas, ella suspira y eso no hace más que encenderme más.

Orbela hace un cambio de posiciones y se sube encima de mí, besa mi cuello y mordisquea mi mandíbula mientras me desabrocha el pantalón, el suyo desaparece acto seguido y volvemos a girar, quedando de nuevo encima de ella.

— Carter yo...

— ¿quieres parar?

— no no es eso, es solo que... coge la almohada y la coloca sobre su cara ocultándose... — yo... no...soy virgen.

— ¿alguna vez lo has hecho queriendo?

Niega con la cabeza bajo la almohada, agarro su mano y la beso con ternura, ella asoma un ojo por la almohada y le sonrío con confianza, la abrazo fuerte y ella se queda quieta analizando mi reacción.

— entonces seguirá siendo especial, seré el primer hombre que te haga el amor y no solo uno más con el que folles.

— ¿estás seguro que no te molesta?

— si, sería absurdo molestarme por algo así.

La doy un beso que demuestra todo lo que la quiero en este momento, es absurdo y puede sonar incluso machista pero el hecho de que este momento sea todo mío me llena el pecho de orgullo.

Habrá podido hacer lo que quiera con Nick y Henrick, haber sido tocada por decenas de hombres, pero ninguno la quería como yo la quiero, a ninguno mira como me mira a mi, y solo eso ya lo hace especial.

Señor CarterWhere stories live. Discover now