Cuidando de su compañero/Emiliaco

Dos

Joaquin despertó primero. Con el muslo de Emilio metido entre sus piernas, rozando cosas que no debería. Emiliano por otro lado estaba abrazando a ambos con la cara metida el pecho de Joaquin, babeando. 

El omega rió provocando que ambos alfas se removieran. Emilio levantó su muslo, y Joaquin se mordió el labio para no soltar lo que esa acción había provocado. Y Emiliano se había movido alejándose de él. Entonces pudo ver la oportunidad para salir de la maraña de extremidades. Suavemente se alejó del cuerpo de Emilio, quien sin su fuente de calor fue directo a abrazar al otro alfa, pero Emiliano era arisco, lo que un hizo que ambos gruñeran aún dormidos hasta que se rindió y se dejó envolver. 

Joaquin saltó un "aww", sintiendo su pecho moverse de ternura por sus compañeros. Los amaba tanto. Lamentaba tener tantas inseguridades, pero ellos siempre estaban ahí para ayudarlo. 

Se encaminó al baño, bostezando en el camino. Se encargó con flojera de sus necesidades e higiene, ya tenía incluso un cepillo en la casa de sus chicos. Lo había comprado para las veces que se quedaba. En ocasiones venía para tener noche de películas y series, después a la mañana le avergonzaba no tener sus cosas para arreglarse. Se lavó la cara cuidando de no apretarse demasiado, después reviso sus ojos y terminó por sus labios. Sacó de un pequeño bolsito su bálsamo de labios para aplicarlo. Era de su conocimiento que sus novios amaban sus labios, por eso le gustaba cuidarlos y mantenerlos rosados por ellos. 

Salió del baño dando ligeros saltitos feliz. Pero volteó cuando sintió voces en la habitación, y se movió para ir con sus alfas. Aunque el mosquito de la curiosidad le picó y quiso ver que discutían tan concentrados, porque ni cuenta se habían dado que estaba detrás de la puerta. 

- ¿Es a base de agua? No queremos lastimarlo -la voz rasposa de Emiliano lo hizo sonrojarse, pero no lo distrajo de la conversación, aunque no entendió. 

-Si, me encargué de eso -Emilio contestó lanzando un bostezo- y también traje de esos que son térmicos, ya sabes, más diversión. 

-No creo que sean tan necesarios, con juego previo va a lubricarse naturalmente, quizás ni sea necesario -Joaquín se cubrió la boca comprendiendo de que hablaban- aunque no sé si usar un lubricante térmico sea bueno, ya va a estar sensible. 

-Podríamos usarlo nosotros también -sugirió Emilio riendo. 

-Ay, nuestro bebé va a tener su primera vez -dijo Emiliano en un casi grito. 

-Sip, debemos asegurarnos que lo disfrute. 

Joaquin se movió suavemente a la cocina. Sus mejillas dolían de sonreír, y casi lanza un grito eufórico. Cuando sentía que no podía amarlos más, ellos salían diciendo esas cosas dulces y pervertidas. Y se quedó mirando por la ventana perdido en sus pensamientos, ellos se preocupaban tanto por él. Ahora vería como devolverles esas acciones.