Emilio Osorio y Emiliano Osorio, dos alfas, solamente quieren lo mejor para su compañero, un tierno y pequeño Omega de nombre Joaquín.
ADAPTACIÓN
Créditos a @coelumn
Portada y separadores por @VaneMar12
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Joaquin estaba despierto después de un rato, no sabía la hora, la única forma de ubicarse era mirando por la ventana. Y el sol estaba desapareciendo.
Su cuerpo se sentía adolorido, supuestamente no dolía durante el celo. Pero no se sabía si eso se aplicaba para quiénes tenía más de un compañero. Cuando trató de pararse y no pudo, comprobó que sin dudas era diferente.
Miró a la cama, Emiliano estaba acostado cerca de él, mientras que Emilio había terminado casi al borde de la cama. Sus necesidades lo llamaban. Y ni siquiera se podía parar, iba a tener que despertar a alguno de sus alfas o los dos.
Se tomó un tiempo para pensar si era la opción correcto. Temía que cuando pusieran sus manos sobre su cuerpo, no pudiera controlar el calor. Incluso ahora, con todas sus necesidades primarias esperando ser atendidas, si pudiera, saltaría sobre sus alfas pidiendo otra ronda.
Se terminó decidiendo por despertar a Emiliano por su ayuda. No creía poder llamar a Emilio, el alfa era demasiado para su estado. En cambio, Emiliano era más tranquilo y no desprendía tanta aura de alfa dominante. Con suerte, podría evitar saltar sobre él. Mirando su anatomía dormida, lo dudó.
-Milo, Milo -palmeó su espalda- quiero levantarme.
-Pues hazlo -la voz del alfa salió ronca, aún así, pudo comprender lo que decía.
-Quiero ir al baño -sintió un escalofrío al ver que Emiliano giraba la cabeza y lo miraba.
-Ve -Emiliano se estiraba con pereza y se veía dispuesto a seguir durmiendo.
-No puedo -comenzaba a sentirse frustrado y no le gustaba- me duele.
El alfa directamente no le respondió nada, roncaba de nuevo. Joaquin ya no tenía paciencia, tenía dolor en el culo por su culpa, lo menos que podía hacer era ayudarlo.
-Emiliano Osorio -ignorando su dolor, se arrodilló en la cama y zarandeo con fuerza al alfa.
De igual forma no sirvió de nada, hizo un puchero y se quedó pensando que hacer. El alfa dormía tranquilamente, sin preocuparse de nada. Mientras que él estaba desesperado por ir al baño. Decidió que no le quedaba otra, tendría que despertar a Emilio.
Se movió despacio hasta llegar lo más cerca que pudo. Apenas había tocado el hombro del alfa mayor cuando este abrió los ojos. Emilio se sentó en la cama y lo miró con expresión risueña.
-Pequeño, ¿todo bien? -preguntó Emilio acariciando su mejilla.
Joaquín negó y habló rápido para no asustar a Emilio- tengo que ir al baño, pero me duele el cuerpo.
-Oh, ¿por qué no me llamaste antes? -Emilio salió de la cama y extendió los brazos para ayudarlo.
-Traté de despertar a Emiliano -a propósito bajó la mirada, pensando su venganza contra el alfa dormilón- no me escuchó... solamente siguió durmiendo.
