CAPÍTULO 12. VENENO.

928 87 6
                                    

Theo y Hermione apenas fue que reaccionaron a tiempo para detener a Draco ante su intento de atacar, varita en mano, al invitado. Tomando cada uno un brazo, lo alejaron del salón principal hacia una zona poco concurrida.

—¡Qué se suponía que ibas a hacer, idiota! —inquirió su amigo completamente desconcertado.

—¡Suéltenme! ¡Lo que hiciera sería poco para lo que se merece ese imbécil!

—Fue un accidente —murmuró Hermione aún helada por la situación—. Nada que un movimiento de varita no arregle. ¡Fregotego! —susurró para sí misma.

—¿En serio, Malfoy? ¿Te das cuenta que recién estás saliendo de tu condena? ¿Quieres ir a parar a Azkaban de por vida por una imprudencia? —definitivamente Theo quería matarlo. Sus azules ojos lanzaban chispas de fuego.

—Al menos un poco de veneno en su copa hubiera sido lo justo —bufó Draco—. No tenía que ser precisamente un avada.

—¿Andas algún tipo de veneno contigo? —preguntó Hermione con asombro y extrañeza.

—¡Por supuesto que no! —se adelantó Theo pasándose las manos por su oscuro cabello—. Está hablando sólo por hablar. ¿Quieres parar de delirar? ¡Me estás sacando de quicio! Si sigues diciendo estupideces, Draco, quien te lanzará la imperdonable seré yo. Ocupo otra copa de vino o algo más fuerte —murmuró entre dientes—. Tú, cálmalo —le dijo a Hermione—, a ver si lo logras.

Draco resopló exasperado, Hermione no entendía la reacción de su asistente y cuando lo encaró por sus motivos, él casi gruñó su respuesta.

—Ese... —estaba tan fuera de sí que no era capaz de encontrar el insulto adecuado—, ese zopenco arruinó tu bonito vestido, Granger.

—Que ya está limpio como cuando me lo puse, ¿lo ves? Estás haciendo un tsunami por nada.

Draco pareció reaccionar al ver su impecable atuendo y al percatarse del ridículo que probablemente estaba haciendo al actuar de ese modo. Se había expuesto ante la única persona que lo hacía vulnerable.

—Lo siento... actué por instinto y evidentemente no estaba consciente de las posibles consecuencias.

Empezó a respirar profundo hasta calmarse. Ahora que era libre para cortejarla, si es que algún día tenía una oportunidad, hubiera sido fatal tener que caer de por vida en prisión sobre todo cuando había logrado superar dos largos años de humillaciones y desprecios.

—¿Qué fue eso del veneno? —se burló divertida cuando lo vio con las manos en los bolsillos del pantalón, en una actitud completamente tranquilo.

—Mi abuelo siempre andaba un frasco de veneno indetectable —comentó—, por si se presentaba "algo". Nunca se sabe cuándo pudiera ser útil, pero no creas que era para dárselo a alguien. Era más bien para tomarlo en caso de... —sonrió con ironía—, un suicidio al mejor estilo de los cobardes que prefieren morir así que ser torturados o asesinados, según me contaba... así de cobarde era... supongo que se me quedó la costumbre de oírselo decir en momentos álgidos —se rascó la cabeza con nerviosismo.

Hermione empezó a reír.

—Qué bueno que te lo tomas con buen humor —se mofó él con sarcasmo.

—Es que suena como a una muy buena mentira —siguió riendo.

De un pronto a otro, se hizo un silencio que espesó el ambiente e hizo sentir nerviosa a Hermione. Cambiando de tema para, ella preguntó:

—¿Seguirás trabajando conmigo ahora que ya no debes hacerlo? Por supuesto que recibiendo un salario, como debe ser.

—¿En serio te gustaría eso? Pensé que estabas deseando deshacerte de mí —su voz denotaba algo de aquella arrogancia que, por lo general, usaba como mecanismo de defensa.

—Somos un gran equipo, ¿no lo crees? Si logramos que esta ley saliera en un año, qué no lograríamos de acá en adelante con toda que experiencia que ahora tenemos.

Draco no pudo evitar levantar sus ojos hacia el rostro de ella. ¿Sería posible que hablara en serio?

 ¿Sería posible que hablara en serio?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora