Mi querido... [Dekubowl]

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—Asi que.. ya volviste...—  las palabras de Bakugo fueron soltadas con veneno.

—No dejaría a Izuku con alguien tan repugnante como tu— 

—¡Te había dicho que no volvieras maldito mitad y mitad! ¡El solo me necesita a mí!

—¿Para que necesitaría a alguien como tu? ¿Para recibir burlas y golpes? — eso había sido un golpe bajo para el peli-ceniza.

—Tsk, no te creas la gran cosa, bastardo—

Y con eso dio por terminada la conversación, Bakugo se fue enfadado y con rabia del medio albino, ¿No le había dicho que se alejara? Luego vendría y acabaría con esto.

Una hora antes

Midoriya solo pensaba en lo desastroza que pasó a ser su vida en unas tantas horas, debía ser un imán de problemas o algo así por el estilo.

—Izuku, Izuku, en que te has metido—

El peli-verde resoplo al ver el papel escrito encima de su velador.

Te mandaré un mensaje por tu celular, más vale respondas. Tenko

—¿Acaso es idiota? El desintegró mí t-telefono— se ruborizo un poco al recordar la escena del beso.

—¿¡Ah?! El tonto eres tu mocoso y ten—

En cuanto termino de decir eso el mayor le entrego un móvil, se había tomado la molestia de comprarle uno nuevo, no, ¿Que digo? Tal vez lo hayan robado.

—¡¿E-eh!? — el pecoso se exaltó por la repentina visita.

—¡No es lo que piensas!  Solo te lo traigo porque...—

Shigaraki paro en seco al sentir toda la tensión en el cuarto.

—¿Adiós?—

Luego de que Shimura supuestamente se vaya del cuarto, alguien había tocado la puerta. Izuku no hizo mas que decir que ya abría la puerta y que esperara a ser abierto.

—Soy Midoriya, ¿Que necesi...ta?— al levantar su mirada se encontró con su amigo de la infancia, no Bakugo, si no el hijo del número dos, el único que lo ayudo aun asi otros se burlen de el por ser amigo de un sin quirk. Todoroki Shoto.

—Hola, mi Izuku—

El medio albino fue tirado al piso con un abrazo del pecoso, que se abalanzó sobre el apenas terminar de hablar.

Se preguntarán cómo es que se conocieron Izuku y Shoto, se los explicare.

Años anteriores; Plaza

Podemos ver a un pequeño Izuku tirado el el suelo, con quemaduras y moratones. Intentando levantarse o, por lo menos, sentarse.

—¿O-oye.. estás bien?— un niño, de no más 6 años intentaba ayudar al contrario, específicamente a levantarse.

—K-kacchan...— susurro el peliverde, lo suficiente para que el bicolor lo escuchara

—¿Quien es Kacchan?— pregunto, no recibió respuesta. El menor se había desmayado, así que solo se dijo a si mismo que el pecoso estaba demásiado debilitado.
Luego de por fin poder ayudar al pecoso a levantarse y limpiar un poco sus heridas, ya que el siempre tenía algunas curitas en su bolsillo. Su hermano Touya le había dicho que las curitas arreglaban todo.