Capítulo 23: Reencuentro con los Hombres de Negro

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"Quédate con quien sujete tus miedos y no solo tu mano."

Anónimo

Era un día nevado, todas las personas caminaban tranquilamente por la calle sin darle importancia a nada, mientras que cinco niños paseaban alegremente por las calles después de un largo día de clases.

—¡Vamos pronto a casa para jugar más fútbol! —exclamó alegre Genta Kojima.

—¡Sí, hagamos eso! ¡Hagamos eso! —le siguió Mitsuhiko Tsubaraya.

—¡Soy el capitán! —agregó rápidamente el moreno gordito.

—Ah, ¿tú otra vez? —preguntó aburrido el niño de pecas.

—Hey, ¿vieron el partido de ayer? —preguntó Genta desviando la conversación. —Sí que fue genial.

—Sí, te refieres al remate de cabeza de Hideki, ¿verdad? —preguntó Conan Edogawa.

—Este juego terminó, preciosa. —se escuchó la voz macabra de un hombre proveniente de algún lugar.

—Ese gol, ¡fue realmente artístico! —le siguió Mitsuhiko, esto alarmó terriblemente a la rubia fresa al ver que no hacía ni el menor atisbo de haber escuchado esa voz tan terrorífica.

—¡Hideki es tan genial! —alabó Ayumi Yoshida.

—Es hora de despertarte de tu sueño. —dijo el hombre viendo pasar a los niños al lado de su auto mientras fumaba. —Celebremos nuestro reencuentro... con una rosa, la flor que tanto te gusta, y tan roja como la sangre. —siguió el hombre saliendo de su auto. —¡¿Verdad, Sherry?! —en ese momento Ai se dio vuelta para mirar la expresión de locura total de Gin... el terror pasó por su rostro al reconocerlo.

Ai

—¡Aaah! —di un grito ahogado, empezando a respirar pesadamente, sudando a mares.

—Hmm, ¿qué pasa Ai? —escuché a mi lado una voz ligeramente ronca, al darme la vuelta, Conan me tomó del brazo y me jalo hasta él, abrazando y acariciando mi cabello. —Todo estará bien, tranquila. —murmuró cerca de mi oído.

Me permití llorar un poco antes de dejarme llevar por la calidez del abrazo y lentamente, sin darme cuenta caí en el sueño profundo otra vez, aferrándome a su cuerpo.

A la mañana siguiente fuimos a la escuela, en la tarde llegaría Agasa de Hokkaido, se escuchaba muy feliz cuando hablamos por teléfono, al parecer le habían comprado alguno de sus inventos.

—¡Haibara-san! —me llamó Tsubaraya entregándome un disquete. —¡Toma! Aquí está el juego que me prestaste la otra vez, dile al profesor Agasa que fue mucho mejor de lo que esperábamos. —me dijo el niño de pecas alegremente.

—Sí, se lo diré. —le respondí tan amable como pude, guardándolo en mi bolsillo, bueno ellos tampoco sabían que me quedaba con Shinichi por el trabajo de Agasa, aunque era Ran-san quien siempre me llevaba a la agencia cuando se enteraba de la ausencia del mayor.

—Aunque el personaje principal es un poco torpe. —le siguió Kojima, dando una pequeña crítica.

—Pero comparado con el último, este es mucho mejor. —elogió el juego Tsubaraya.

—¡Hey! ¡Miren, miren! —exclamó feliz Yoshida, llamando la atención de todos. —¡Ahora comenzó a nevar, hay nieve!

—¡¿Eh?! —exclamó Tsubaraya extasiado.

—¿De verdad? —preguntó incrédulo Kojima.

Nieve...

Me quedé estática al recordar el sueño, una corriente bajó por mi columna, sentía un frío escalofriante recorrerme el cuerpo.

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