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El lugar designado para su luna de miel fue la isla Jeju, sitio al que tuvieron que viajar al llegar la noche, despidiéndose de todos, una vez que el banquete fue servido y las copas de licor iban por su quinta ronda. Ambos, tanto Alfa como Omega, adoraban la idea de pasar un tiempo completamente a solas sin ningún tipo de preocupaciones, mientras llenaban sus pulmones de la refrescante brisa marina del lugar.

El bonito resort donde pasarían su primera noche de casados, les ofreció la privacidad que tanto estaban buscando; Yoongi se había encargado de ello, reservando una habitación totalmente deslindada del edificio principal, siendo esta como un tipo de cabaña totalmente equipada con cocina incluida — así no tendrían que salir si no les apetecía —, y por la que se podía acceder a la playa directamente sin la necesidad de ingresar por la entrada del hotel. Aunado a ello, las vistas del mar desde su habitación eran tan bellas, que Jimin pasó los primeros minutos a su arribo, tratando de apreciar el mar desde la puerta corrediza de cristal en el fondo de la habitación, aunque estaba muy seguro de con la luz del sol sería mucho mejor, todo mientras Yoongi se dedicaba de despedir al botones que los había acompañado con su equipaje.

— Por fin eres completamente mío, Omega Min — le dijo Yoongi colocándose en su espalda para rodearlo con sus brazos.

— Pues, a mí me parece que todavía le faltan algunos detalles a esa frase, Alfa Min — expresó Jimin, girándose para mostrarle una sonrisa de oreja a oreja, de esas que hacían que sus pequeños ojos desaparecieran.

— Por eso no te preocupes, cariño, de eso me voy a encargar ahora mismo — expresó con sensualidad el Alfa, antes de acercarlo un poco más a su cuerpo.

Con delicadeza y sin prisa alguna, Yoongi presionó los labios de Jimin con los suyos, saboreando su boca como el mejor de los manjares, porque, aunque no habían llegado más allá de sensuales toqueteos y largas sesiones de besos con anterioridad, ambos estaban de acuerdo en hacer las cosas de esa manera, dejando para el matrimonio su primera noche juntos como Alfa y Omega.

No obstante, y más que nada gracias a que ambos estaban dejando salir feromonas para atraer al lobo del contrario, las cosas comenzaron a tornarse un poco más candentes, comenzando con la ropa que dejó de cubrir sus cuerpos. Yoongi bajó sus besos lentamente por el cuerpo de Jimin, deleitándose al mismo tiempo con los jadeos y suspiros que de sus labios surgían, pequeños sonidos que estaban atrayendo a su Alfa como el canto de las sirenas a los marineros, además que, de forma embriagadora, el aroma del Omega le decía claramente al Alfa que estaba listo para poder recibirlo. Acción que quedó más que confirmada cuando al retirar la última prenda que vestía Jimin, esta se encontraba sumamente empapada por el lubricante natural de su cuerpo.

Por ello, con las respiraciones entrecortadas se observaron mutuamente, antes de comenzar a caminar completamente desnudos hasta la mullida cama detrás de ellos, en donde el Omega fue depositado con cuidado y amor. Atrayendo a Yoongi entre sus piernas, Jimin volvió a besarlo, dejando un reguero de besos no solo en sus labios, sino en gran parte de su rostro y cuello, mientras que el Alfa se dedicó a recorrer su cuerpo con las manos hasta llegar a donde el lubricante salía con abundancia para poder prepararlo. Tras el paso de unos minutos, enloquecido por el aroma de Jimin, Yoongi alejó los dedos que habían estado jugando en su interior, levantó a Jimin de la cama sujetándolo de la cintura para hacerlo sentarse en su regazo y finalmente penetrarlo de esa manera, para que fuera el Omega quien dictara el ritmo de los movimientos.

Dado que el Omega dictaba la frecuencia de las penetraciones al subir y bajar a su antojo, Yoongi se dedicó a besar y acariciar su piel, todo mientras lo ayudaba con el vaivén de su pelvis, arrancándole jadeos y gemidos incontrolables, mismos que estaban llevando a ambos hasta la cúspide del placer. Especialmente cuando Jimin, en unos de sus movimientos de cadera, pudo notar que el usual color verde en las pupilas de Yoongi, estas se encontraban teñidas con un color dorado, indicándole claramente que en la superficie se encontraba el lobo Alfa de su esposo, por lo que tuvo que bajar la cabeza en señal de sumisión, al tiempo que mostraba su cuello, totalmente preparado para dejarse marcar por él.

Be The One [Yoonmin, omegaverse]Where stories live. Discover now