Cuenta la leyenda que un peregrino anciano, recorría el camino de Santiago cuando le fallaron las fuerzas y se detuvo, pensando en abandonar. Entonces una joven peregrina que caminaba más adelante le animó a seguir, caminando cuando el se acercaba de forma que si él paraba ella lo hacía también.
Así consiguió completar la etapa y llegó al pueblo donde terminaba su jornada, sin saber quién era ella ni obtener noticias sobre ella en la posada. Cada día continuaba su Camino jacobeo y cuando desfallecía, se le aparecía la misteriosa joven, de la que nunca obtenía razón.
