Capítulo 20: Cumpleaños de Kim

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Era el cumpleaños de Kim, pero ella no se veía nada feliz.

Eran las cuatro de la tarde, pues habíamos decidido hacer la fiesta de día para evitar las ganas de querer revivir nuestras típicas fiestas nocturnas llenas de drogas.

Zafiro, James y Eiden habían venido conmigo a casa ese sábado y están a conversando sentados en uno de los sofás de la sala. Yo no quería invitar al Señor Perfección, pero Brooklyn me obligó a llevarlo porque a ella le agradaba.

Kim estaba sentada en el sofá apartada, mirando su celular, sin ninguna expresión en la cara.

Yo estaba desesperada porque Michel, Josh y Derek llegaran, pues sola, no sabía cómo animarla.

Entendía que había estado teniendo un tiempo difícil con la desintoxicación. Si yo seguía sudando y teniendo náuseas o problemas para conciliar el sueño por la abstinencia, Kim estaba en un estado de desesperación.

Los primero días estuvo internada para ser desintoxicada y después de que le dieran el alta, había estado asistiendo a un programa de adictos juveniles, donde se apoyaban para evitar recaer. Además, paralelamente, estaba asistiendo al psiquiatra y estaba tratando su depresión con los antidepresivos correspondientes.

La madre de Kim la tenía muy controlada, llevándola y yendo a buscarla a todos los lugares que iba, los cuales no eran demasiados, pues le había prohibido visitarnos o ir a clubes.

Como ese era su cumpleaños, la señora Bennett había permitido que Kim fuera a mi casa, pero nos había dado todo un sermón acerca de la salud de Kim y que debíamos actuar como adultos una vez en la vida.

Nosotros le había jurado que cuidaríamos a su hija y que, como nuestra amiga, lo único que queríamos era que estuviera bien.

De pronto, noté que mi hermano miraba desde la puerta de la cocina con algo de preocupación, probablemente por el poco ánimo de Kim, y una idea llegó a mi cabeza.

Fui en dirección a Briden, entré a la cocina con él y hablé:

—Ve a hablar con Kim —lo incentivé.

—¿Qué?

—Que hables con ella.

—No, no... estoy bien —dijo con claro nerviosismo.

—Sí, pero ella no —junté mis manos para rogarle—. Solo hazlo, no es como que nunca lo hubieras hecho antes.

Él pareció pensarlo, pues no estaba muy convencido.

No sabía si a Kim le interesaría mi hermano más allá de como un amigo en ese momento, pero tenía mis razones para creer que podía ser que sí.

—Está bien... —terminó por acceder.

Briden caminó inseguro y se sentó junto a Kim. Yo lo seguí y me mantuve cerca para oír que decían.

—No te había dicho feliz cumpleaños —le dijo Briden, notoriamente nervioso—. Feliz cumpleaños.

Yo golpeé mí frente con la palma de mi mano, disimuladamente.

—Gracias, Briden.

En ese momento llegaron mis demás amigos, Brooklyn les había abierto la puerta, ya que estaba en el patio jugando a hacer una sesión de fotos en la naturaleza segura del patio delantero.

Yo les hice una seña para que dejaran las cosas que traían de comida y bebida en la cocina, no quería moverme, necesitaba oír la conversación.

—¿Y-y cómo estas?

Kim suspiró con cansancio.

—No quiero ser grosera... Menos contigo, pero no tengo muchas ganas de hablar ahora.

Un Caos Al InternadoWhere stories live. Discover now