Capítulo 15: El problema de Kim

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La mamá de Michel era una azafata, por lo que no solía estar en casa muy seguido, y su esposo era piloto, así que solían estar afuera al mismo tiempo.

El padre de Michel casi no existía. Él veía a Michel y sus hermanos como si fueran trabajadores inútiles a los que debía pagarles cada mes por nada y Michel lo veía como una billetera parlante (era lo que se merecía y tal vez más).

Michel había encontrado a su padre engañando a su madre a los doce años. Lo encontró teniendo relaciones con su chófer... sí, era gay en cubierto.

Quizás Michel no hubiera quedado tan resentida si él hubiera hecho las cosas bien. Si se hubiera divorciado de su madre antes, ella incluso hubiera querido conocer a su pareja.

Derek dejó a Kim en el sillón de la sala con mucho cuidado.

Josh comenzó a caminar de un lado a otro, echo una maraña de nervios. Él era el más sensible a esas cosas, y luego del problema del edificio, parecía mucho más nervioso.

-Josh, relájate. Lo logramos -lo intentó calmar Michael.

-¿Qué tal si la próxima no? -Josh temblaba y sudaba-. ¿Qué tal si Kim se muere a la próxima? ¿O Heather termina en prisión?... Pronto seremos todos mayores de edad, no deberíamos tomarnos las cosas tan a la ligera.

Michel agachó la mirada arrepentida.

-Josh tiene algo de razón...

Derek miró a Kim. Ella era la que más nos preocupaba a todos. Quizás yo era la más caótica, pero Kim era la que más estaba metida dentro del mundo de las drogas.

Kim había probado marihuana, éxtasis, cocaína, LSD y otros medicamentos con efectos placenteros, y yo estaba segura de que no se detendría ahí.

Aunque solo había probado cocaína una vez, no quería decir que más adelante no le diera por probar otra vez y terminara consumiendo eso en vez de éxtasis para sentirse eufórica como le gustaba.

-Kim -le dijo Derek.

Ella lo miró somnolienta, probablemente la marihuana la había dejado así y no se sentía muy bien.

-Llamaré a tú mamá.

Kim se enderezó rápidamente, recuperándose un poco.

-¡¿Qué?! ¡Derek, no!

Derek sacó su celular y comenzó a marcar el número, que yo suponía que era de la madre de Kim.

-¡Derek! -chilló Kim comenzando a llorar.

Michel y Josh agarraron a Kim para que no se moviera porque se veía realmente mal.

-Aló, señora Bennett -habló Derek-. Soy Derek, el amigo de Kim... ella no se siente muy bien...

Dejé de oír a Derek y me concentré en el llanto desconsolado de Kim.

En el fondo, yo sabía que eso era lo mejor para ella.

[...]

Tenía unas ojeras tremendas y me veía tan demacrada como un zombie en un mal día.

Zafiro me miró curiosa.

-¿Qué hiciste anoche?

-Varias cosas...

-¿Saliste? -yo asentí-. ¿Cómo?

-Pues pasando uno de los muros traseros.

El internado podía parecer una prisión, pero no tenía tan buena seguridad como una.

Cuando llegamos a la sala, sentí la mirada de Estela sobre mí. Claramente ella tenía la idea de que había hecho algo en contra de las reglas, lo importante era que no supiera con exactitud qué.

Un Caos Al InternadoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant