16 de agosto, 2019.
Finalmente era fin de semana.
Layla luego de esa escena de hace una semana atrás, intentó calmarse. Más bien, Ashton lo hizo. El estuvo muy pendiente a ella este último tiempo, sabía lo mal que la estaba pasando y quería estar el mayor tiempo a su lado para que olvide al rubio que la dejó hace ya más de una semana y media sin razón aparente.
Su madre aún no se enteraba del hecho de que su hija y el encantador chico que logró conocer, ya no se dirigían la palabra.
En definitiva, todo seguía como siempre. Luke no aparecía, faltaba a las clases que compartía con la morena o simplemente se sentaba lo más lejos posible de ella. Nunca volvieron a tener contacto visual o siquiera un roce de manos en los pasillos, y para Layla, eso estaba siendo el mismísimo infierno.
Michael afortunadamente estaba siendo nuevamente amigo de ella, y con Ashton, la ayudaban a despejarse y mantenerse estable, l al menos la mayoría del tiempo. Ellos sabían que debían dejar a su amiga sufrir de vez en cuando aunque les doliera verla de esa forma.
Jason, por otro lado, estaba siendo muy constante al mensajearse con Davies. Ha vuelto a insistir en salir con ella, tomar algún milkshake y luego, la sesión de fotos que tanto le debía la chica. Hoy finalmente aceptó, estaba relativamente de buen humor, había amanecido en paz y no había soñado nada con respecto a Luke, a comparación de toda la semana anterior.
-Buenos días. -espetó a su madre en la cocina.
-¿Buenos días? Ya casi son las 11:30 de la mañana, dormilona. -bromea su madre.
-Me he acostado tarde, lo siento. -rió entre dientes. -¿Quieres que te ayude a cocinar algo? -sugiere espontánea, simplemente tenía ganas de usar sus manos para hacer alguna delicia.
-Bien, haré ñoquis. Toma aquella masa -señala con su dedo. y haz los pequeños pedazos. -asentí e hice lo que ordenó. -¿Con quien tanto hablabas anoche? -cuestionó pícara.
-C-con nadie... -mintió, no quería que su madre se entrometiera, sabía que si nombraba a Jason, preguntaría por Luke y sería la peor situación para la gran mañana que había conseguido tener hasta ahora.
-Eres muy mala mintiendo... ¿Acaso era el rubio? Que chico tan lindo, espero que pronto sean novios, serian ideales. -sonríe y luego busca algo en la alacena.
Layla cerró sus ojos con fuerza intentando no llorar, aguanto toda su tristeza y exhalo silenciosamente para continuar hablando.
-No era Luke, era solo Michael, pero somos amigos, el tiene una hermosa novia. -mintió lo más rápido que pudo y de forma muy casual. La madre lo creyó.
-De igual forma extraño a Luke por aquí, dile que le mando cariños. -dijo con dulzura.
Si algún día lo ves, dile que yo también. -pensó.
Había pasado al rededor de una hora, Layla y Anne habían terminado de cocinar y estaba poniendo la mesa para disfrutar de su creación.
Antes de poder sentarse a comer, el celular de la joven vibró sobre la mesa.
Atendió rápidamente ver quién era.
-¿Hola? -sonó un tanto desesperada.
-Bonita, ¿sigue en pie lo de hoy?
-Oh, Jason... -decepcionada.
Creyó que era Luke, nadie la había llamado desde que el le dijo "te llamaré, lo prometo" y ella siempre esperaba que suene su teléfono para poder escuchar la voz del rubio. Usualmente el era el que la llamaba recurrentemente, sus demás amigos le texteaban y ya.
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Before you go| lrh [EDITANDO]
FanfictionLayla Davies es una chica normal de secundaria que tuvo que sentarse junto al chico que llegó tarde el primer día. Ella no sabía que desde ese momento su vida sería diferente. No sabía que el rubio de nariz perfecta influiría tanto en su vida y meno...