La esposa del Diablo: Infierno [ 1 ]

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[EL DIABLO]

TRES AÑOS DESPUÉS

15 de Agosto de 2019

La empresa era un caos total. 

La gente corría cargando documentos valiosos, algunos otros hacían llamadas y en mi caso observaba el desastre que terminaría siendo este día si nadie se controlaba. No los culpaba, había mucho por hacer más que otros días. 

Hoy todo cambiaría puesto que Maksim Carson, el fundador de este lugar se retiraba a sus casi sesenta años de edad dejando el cargo al mayor de sus nietos, nada oficial para el mundo pero si para los que estábamos en la empresa.

Si no corría no es porque no quisiera, era porque mis tacones de 10 centímetros podían romperse y no quería pasar esa vergüenza hoy que llegaba el nuevo jefe. No temía de él, lo había conocido antes y a hombres como el no se les teme, se les enfrenta y se les da la cara.

Charles Grayson, ese era su nombre. 

Y ojalá pudiera decir que era horrible, serio, gruñón, asqueroso y odioso, pero el infeliz no lo era. Todo lo contrario. 

Era todo un manjar para el gusto femenino, alto, atlético y tenía un rostro divino, tuvo suerte de la genética que le tocó, pero no era  eso lo que atraía del todo, porque el toque de de maldad que tenía en la mirada lo hacía ver como un hombre inalcanzable y de esos por los que se pecaba.

De esos que te llevaban a quemar al infierno. Él era malo, pero estaba lo que sigue de bueno. Los ojos intimidaban, sus palabras son veneno cuando lo enojabas y sus acciones son peligrosas para quién no supiera cómo era en realidad.

Era como el ángel más hermoso del cielo, pero no hay que olvidar que ese fue desterrado y arrojado a vagar. Charles es sujeto peligroso y atractivo, eso no iba a negarlo, pero su pésimo humor y su arrogancia lo hacían un pedazo de popo gigante para mí.

Chocábamos mucho en las comidas cuando su abuelo me invitaba a su casa. 

Si lo trataba era porque un día sería mi jefe y porque al final, Maksim su abuelo me termino tomando cariño. ¿Quién diría que ese cucarachón me iba a querer como a alguien de su familia? Nadie, ni quisiera yo lo esperaba para ser honesta. 

Maksim era un señor frío y distante con aquellos que se acercaban con intenciones diferentes o negocios, supongo que los años le dieron practica para saber quién se le acercaba por las razones equivocadas. Yo jamás me acerque así, por eso me acepto como una de sus protegidas.

Sin mencionar todo el esfuerzo que demostré todos estos años en el cargo que ahora poseo. 

Y aunque me costo desenvolverme con las personas y formar esta nueva vida que ahora tengo, creo que hasta ahora voy bien. Siempre tratando de no recordar lo que un día pase y centrándome en cosas nuevas.