Siete: Durazno

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Las frutillas eran sabrosas, pero no dejaban de ser empalagosas si comías demasiadas. La piña era deliciosa, pero detestaba cuando su lengua se rompía debido a ésta. Los arándanos eran pasables, pero sin dudas su fruta favorita era el durazno.

— ¿En qué piensas tanto?

La voz de su novio lo sobresaltó y salió de sus pensamientos para observarlo. Ese día Jinyoung lucía unos pantalones muy apretados y no podía evitar bajar su mirada a su redondito y bonito trasero. Ah~, era increíble.

— Llegué a la conclusión de que tu trasero es como un durazno —Jinyoung se esperaba muchas cosas del peliazul frente a él, pero eso sí lo sorprendía—. Es redondito, durito, tiene un color puro y cuando lo muerdes es-

— ¡Yah, Yugyeom! —el nombrado se burló del rostro sonrosado de su novio. Amaba avergonzarlo con ese tipo de comentarios— Estamos en un lugar público y no somos precisamente a los que les prestarían menos atención.

— ¿Qué tiene? Podemos ahuyentar a cualquiera con eso. Así las cámaras te dejan un rato tranquilo. —soltó esto último con un puchero.

Jinyoung sonrió y le dio una tierna caricia en el cabello. Su novio era un tanto peculiar, pero amaba sus formas de ser y el cómo afrontaba todo con la cabeza en alto. Le valía mil hectáreas lo que opinaran de él, y lo admiraba por eso.

Sí, hace dos meses habían terminado su relación, pero fue por una equivocación suya y lo había asumido. Detuvo el matrimonio arreglado que sus padres planeaban para él en un intento de quitarle lo "enfermo" y volvió a los brazos de su principal virus. Yugyeom era todo menos repugnante y se encargaría de protegerlo de todo mal, incluyendo a sus padres.

— ¿Tienes idea de lo mucho que te amo? —soltó de repente, sorprendiendo a su chico.

Su chico.

¿Tienes idea de lo mucho que te extrañé? —contraatacó el menor, con una sonrisa.

— ¿Tienes idea de lo mucho que deseo besarte?

— ¿Tú tienes idea-

— ¿Tienen idea de lo increíblemente cursis que se ven en este momento?

La pareja se sobresaltó y observaron al recién llegado, quien parecía no ser un mesero del lugar.

Yugyeom palideció.

— Minho...

— Yugyeom. —pronunció serio, fijando su mirada únicamente en el menor y más alto de los tres.

Jinyoung frunció el ceño y le dio un vistazo a los guardias de la entrada. Quizás los necesitaría.

— Disculpa, ¿quién te crees que eres?

— No importa quien sea, lo único que importa aquí es el increíble descaro del imbécil de tu novio. ¿Tienes idea de cómo se encuentra Han en este momento?

Oh, eso sí que no.

— Espera —Yugyeom posó su palma abierta en el hombro de Jinyoung, deteniendo las claras intenciones de pararse del chico—. Es un problema entre él y yo.

— Pero-

— Solo bastará un minuto.

Cierto. Debía protegerlo, pero el lindo chico que conoció en la escuela ya había crecido y podía afrontar sus problemas solo.

Asintió en silencio y los involucrados salieron, uno ardiendo en ira y el otro rezándole a los dioses a los que alguna vez maldijo.

🗓

— ¿Y bien? —fue lo primero que pudo pronunciar debido a los nervios.

— Eres un descarado. Tienes mucho que aclararme en estos momentos antes de que te parta el culo de una patada.

— Hey, hey, bájale dos rayitas. No soy el único culpable aquí, ¿sabes? —la verdad es que estaba temblando del miedo. A pesar de ser más bajo, Minho tenía un aura intimidante que te cagas— Enserio lamento haber jugado con Jisung, sé que es un sol, pero-

— Ni siquiera te he hablado de ello y ya aceptas que jugaste con Han. Estás frito.

— ¡Minho, escúchame! Jisung no tiene sentimientos hacia mi. —el pelinegro revoloteó sus ojos, sin creerle nada.

— Se encontraba llorando cuando llegué a casa.

— Pero no es por mi, Lee. ¿De verdad eres tan lento? Compadezco a Sung —Minho gruñó en respuesta—. No había ni un poco de amor entre nosotros, quizás cariño, pero no pasaba de eso. Sé perfectamente que se sintió traicionado, lo lamento de verdad, pero yo ya estaba enamorado de alguien y él lo sabía. Al igual que yo sé que él está enamorado de alguien.

¿Jisung?, ¿enamorado?

— Imposible, ya me habría contado si así fuera.

Yugyeom se iba a dar un tiro sí seguía conversando con ese idiota. Dio un suspiro antes de preguntar:

— ¿Por qué crees que precisamente a ti no te ha contado, eh? Hasta a mi, que fui su salida del mes, me contó —Minho quedó helado. ¿A caso...?—. En fin, eso es lo último que te diré. Está frustrado porque piensa que su amor es unilateral e imposible ya que ese chico tiene responsabilidades más importantes que salir con un chiquillo menor que él, y lo ha amado desde pequeños. Teniendo esta información, habla con él. Sé que lo ayudarás mucho.

Dicho esto, Yugyeom le dio una palmadita en la espalda en forma de reconforte y volvió dentro.
Esperaba que ese gran idiota hubiera entendido el significado de sus palabras.

Y por su lado, Minho seguía parado fuera del restaurante, procesando los datos que le fueron dados. El sudor frío era clara señal de que su mente estaba trabajando en llegar a una conclusión que no fuera lo que creía y a lo único que apuntaban las pistas que Yugyeom le había dado.

A Jisung... ¿le gustaba su primo?

La lenta forma de entender las indirectas de Minho están inspiradas en mi

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La lenta forma de entender las indirectas de Minho están inspiradas en mi.

Hi.

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