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3: "¿Te distraigo?"

Bakugo

Comencé a vestirme, poniéndome mi bóxer y mis pantalones. Sin decir nada mas y con la mirada clavada del mitad mitad, me dirigí hacia la puerta.

-¿No vas a despedirte?-.

-¿Ah?-. En el instante en el que terminé de decir eso, el tomo mi rostro e hizo que volteara, dándome un corto beso.- ¿¡Qué haces!? ¡Ya te dije que no somos pareja, bastardo!-.

-¿Eso quiere decir que lo haces con cualquiera?-. Preguntó inclinando la cabeza y a la vez arqueando una ceja.

-¡Claro que no, idiota!-.

-Pues eso te delata-.

Me mordí la mejilla desde adentro de mí boca fuertemente, levantando la cabeza y sin saber que decir.

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Todoroki estuvo muy pesado los últimos días.

Todos los días...

Todos los malditos días, preguntándome si somos pareja.

Y todos los días, siempre que estoy hablando con Kirishima...

-Bakugo...-. Ahí viene otra vez.

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-Maldicion...-.

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-¿¡Que quieres, mitad mitad!?-. Pregunté con un tono agresivo, pero a la vez sabiendo lo que se venía.

-Ven conmigo-. Tomó mi brazo, alejándome de Kirishima.

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Todoki me había hecho entrar a uno de los angostos baños, acorralándome contra una de las paredes y a su vez abalanzándose sobre mi para estampar sus labios contra los míos.

-¿¡Qué haces!?-. Grité luego de que el mitad albino se separara de mis labios.

-Me estabas mirando mucho, así que creí que...-.

-¿¡EH!?-. Lo interrumpí.- ¡Ni siquiera sabía que estabas ahí!-. Aparté mi rostro, el aprovecho para lamer mi cuello.

-Agradece que hago esto aquí y no frente a los demás-.

-Te.. te mataría... idiota-. Mis palabras se entrecortaban ya que había comenzado a masajear mí miembro, metiendo su mano dentro de mí boxer para masturbarme.

Rodeé su nuca con uno de mis brazos, y con mi otra mano lo tomé del hombro, aferrándome a el.

-Se siente bien, ¿verdad, Bakugo?-. Dijo mientras aumentaba la velocidad.

-A-ah, ca-cállate-.

-Date la vuelta-. Susurró en mi oído mientras a su vez me tomaba del hombro y hacía el mismo lo que me había pedido.

Bajo mis pantalones y a la vez mi bóxer, luego sentí como se movía detrás mío.

Después de unos segundos, comencé a sentir como su miembro rozaba en mi entrada.

-Idiota.. q-que haces en un lugar como este-. Solté un suspiro.

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Pasaron unos minutos y sentí como su mano se deslizaba por mi cara para luego posarse sobre mi boca.

-Guarda silencio, creo que entró alguien-. Dijo en mi oído.

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-No puede ser-.