|T2| - 15: El perdón

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El joven Todoroki no tenía ningún plan, no tenía ni idea de como reconquistar a Bakugo.

Era algo complicado, es decir, en la secundaria Bakugo siempre odio a Todoroki, ni siquiera recuerda que hizo para que ambos se volvieran pareja. Pero ahora que eran más adultos, y sumando lo que había hecho Todoroki, sería algo mucho más complicado.

El primer paso era disculparse, cosa que no sería muy difícil, el tema era que Bakugo lo perdonará.

No había un paso en el cual se incluyera una amistad, es decir, ellos nunca fueron amigos, pasaron del odio al amor, aunque el odio siempre vino solo de parte del menor.

Estoy realmente jodido-. Pensó Todoroki.

Obviamente no se daría por vencido, no tenía ningún plan, pero seguiría su instinto al igual que hizo en el pasado.

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Era una tarde como cualquier otra, ambos jóvenes se encontraban patrullando, estaban bastante tranquilos ya que por el momento no había ocurrido nada de mucha gravedad.

-Padre, iré a buscar un café-. Dijo Todoroki aprovechando la falta de crimen.- ¿Quieres uno?-. Preguntó.

-Esta bien, no tardes mucho por si acaso-. Respondió su padre con su típico tono de grandeza.

El menor le hizo caso, fue a una cafetería cercana en la cual le dieron dos café's de cortesía, una para el y otro para su padre, sin embargo, estando dentro del comercio, vio a través de las ventanas como Bakugo patrullaba junto con Best Jeanist. Decidió comprar un café de más para el rubio ceniza.

Salió del local y vio como Best Jeanist se acercaba a Endeavor, hablando de quien sabe que, mientras que Bakugo estaba en la cuadra de en frente. Se acercó a su padre, saludando a Best Jeanist con una reverencia y ofreciéndole su propio café, el cual rechazó pero simplemente agradeció el gesto. Cruzó de calle para acercarse a Bakugo, el cual estaba de espaldas.

-Bakugo-. Todoroki tocó el hombro del contrario con un par de dedos ya que tenía ambas manos ocupadas. Logró hacer que el rubio ceniza se diera vuelta.

-¿Ha? ¿Qué quieres?-. Preguntó con el ceño fruncido.

Sin decir nada, el mitad albino le extendió la mano en la que tenía su café.

-No lo quiero-. Dijo cortante.

El más alto inclinó la cabeza, insistiendo con su mirada, a lo que el menor chasqueó su lengua y simplemente tomó el café.

-¿Me vas a dejar hablar contigo en algún momento?-. Preguntó el mayor, vio de reojo como el más bajo apretaba el vaso hecho de telgopor que contenía café.

-No tenemos nada de que hablar-. Dijo el rubio ceniza desviando su mirada.

-¿Ah si?-. El mitad albino comenzó a acercarse al contrario, este se exaltó un poco y se le cayó el vaso, haciendo que se abra la tapa debido al impacto contra el suelo y el contenido dentro se caiga.

-Oye-. El rubio ceniza comenzó a retroceder, aun con el ceño fruncido.

Tanto retrocedió el menor que terminaron en un pequeño callejón. El heterocromático apoyo su mano contra la pared y extendió su otro brazo para tomar la espalda del más bajo. El ojirubí tomó el brazo del mayor.

-Ahg, solo di lo que tengas que decir y déjame en paz-

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-Ahg, solo di lo que tengas que decir y déjame en paz-. Dijo el de pelo rubio ceniza desviando la mirada algo desinteresado.

¿Dejarlo en paz? No podría hacer eso tan fácilmente.

-Escucha, en verdad lo siento-. Expresó el mitad pelirrojo.

-¿Para eso me jodiste todo este tiempo?-. Preguntó el menor con una ceja levantada.

-Y quería saber si podríamos...-. Comenzó a encorvarse, acercando su rostro al del más bajo y abriendo poco a poco su boca.

-No te sobrepases, idiota-. El menor estampó bruscamente la palma de su mano contra los labios del mayor, a este le sorprendió esa simple acción, creyó que tratándose de Bakugo recibiría más bien un golpe.

-Lo siento-. Dijo aun con la mano del contrario sobre su boca, el cual chasqueó su lengua y simplemente se alejó de el, volviendo nuevamente con Best Jeanist.

Bueno, supongo que es un avance-. Pensó Todoroki.

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¿Cuál sería su siguiente paso? Hasta que Bakugo deje que Todoroki lo toque iban a pasar siglos, con suerte le hablaba, pero siempre le aumentaba un insulto cuando se refería a el.

Pero... ¿Por qué tendría que limitarse? Ya tenía su perdón, o algo así, es decir, no se lo había dado concretamente, pero tampoco se lo había negado del todo.

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-¿¡Ha!? ¿¡Qué haces aquí, bastardo mitad mitad!?-. Exclamó el rubio ceniza al abrir la puerta de su departamento.

El mitad albino se encogió de hombros y simplemente pasó sin decir nada.

-¡Pide permiso aunque sea, idiota!-. Cerró su entrada de un portazo, dando pasos enojados hacía el recién llegado.

-¿Puedo cenar aquí?-. Preguntó Todoroki como si nada.

-¿¡Ha!? ¿¡Qué crees que eres!?-. Gritó al contrario con el ceño bastante fruncido. El mayor simplemente lo miró con su rostro tan neutral de siempre, ese rostro que tenía desde que lo conocía.

¿¡Qué mierda le pasa a este tipo!?-. Pensó Bakugo.

-Ahg, haz lo que quieras, solo no molestes-. El menor simplemente trono su cuello para desquitarse, a lo que el más alto se sentó en la mesa del pequeño comedor, mirando como ese lindo chico de cabello rubio ceniza hacía la cena.

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Ambos estaban comiendo, Bakugo había preparado Wasabi y Ramen, dos comidas que le gustaban debido a lo picantes que eran. Mientras el menor comía, miraba a su contrario, esperando a que se quejara por lo picante que estaba, cosa que no sucedió.

-Cocinas realmente bien-. Dijo el mayor rompiendo el silencio, la única respuesta que obtuvo fue un chasquido de la lengua del otro. Terminaron de comer luego de un par de minutos.- Yo lavaré-. Agregó levantándose de la mesa y juntando ambos platos.

-¿Ha?-. Lo miró el menor extrañado, después de todo, era su casa.

-Es lo menos que puedo hacer-. Dijo el mayor sonriéndole levemente.

El rubio ceniza soltó un suspiro, apoyando su codo sobre la mesa y su pera sobre la palma de su mano.

¿Qué tipo de situación extraña era esta? Es decir, de la nada había aparecido el mitad albino en su departamento, y ahora parecían una vieja pareja de ancianos.

-Oye, Bakugo...-. Sintió una presencia detrás suyo, quiso voltearse pero en ese instante el mitad pelirrojo había arrastrado una silla a su lado y se había sentado.

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CONTINUARÁ...

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