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4: "Yo te gusto, ¿verdad?"

Todoroki

-Yo te gusto, ¿verdad?-. Le pregunté mientras lo miraba fijamente y movía un poco mis dedos.

-¿A-ah?-. Se estremeció un poco y se puso aún más rojo.

-No te dejarías hacer esto por cualquier persona...-. Dije haciendo un movimiento de tijeras con mis dedos.

-Eso... Mmghh-. Apretó más mis hombros.

-Tampoco te mojarías así por cualquier persona, ¿verdad?-. Volví a preguntar debido al líquido que comenzaba a salir.

-E.. es normal si alguien te toca así, bastardo-.

-Tienes razón-. Formé un media sonrisa en mis labios, el me miro y se sorprendió un poco.

Es cierto que no es muy normal que yo sonría.

-¿Y bien?-. Pregunté nuevamente.

-Te respondiste tu solo, idiota-. Dijo aferrándose a mi nuca y a la vez escondiendo su rostro.

-¿Ah si?-. Moví más mis dedos, introduciéndolos más profundo.

Finalmente acabó, y mis dedos terminaron completamente mojados.

-¿¡En serio crees que me dejaría hacer esto por cualquiera, idiota!?-. Preguntó algo exaltado.

Parecía que lo decía en un tono agresivo, pero en realidad...

.

-No sabe expresarse-.

.

-No, no es eso-. Dije con la intensión de reírme, pero hice el intento de que mi expresión no cambié.

-Pues ahí tienes tu respuesta, mitad mitad-. Desvió su mirada.

-Todoroki-. Le corregí.

-¿Hah?-. Me miro nuevamente, aún con el ceño fruncido pero algo extrañado.

-Dime Todoroki-.

-Tsk-. Chasqueó su lengua.-Como sea...-. Se levantó de mi regazo, un poco más sonrojado.

-¿No vas a besarme otra vez?-. Pregunté inclinando mí cabeza, aun sentado en el retrete.

Se encogió de hombros y sus ojos se abrieron un poco. Note como su boca se puso un poco temblorosa, pero no decía nada.

-¿Y bien?-. Insistí al no escuchar ninguna respuesta.

Bakugo agacho su cabeza, avergonzado. Extendió su mano lentamente hasta agarrar el cuello de mi camisa. Me jalo hacía el de una manera algo brusca debido a sus notorios nervios, nuestros cuerpos se juntaron y eso hizo que la espalda del rubio ceniza choque contra la puerta. Por acto reflejo, apoyé mis manos contra la puerta, al lado de sus hombros. En ese instante Bakugo hizo que nuestros labios se juntaran, tomando la iniciativa al meter su lengua, la cual choco con la mía dentro de mi boca. Nos separamos unos milímetros y nuestros ojos se entre abrieron, había un sonrojo bastante notable en sus mejillas. Nuestras lenguas seguían unidas, entrelazándose entre ellas en el aire y de vez en cuando juntando nuevamente nuestros labios.

Bakugo corrió su rostro unos milímetros para tomar aire, yo lo mire fijamente, luego sentí como mi rostro comenzaba a calentarse.

-¿Estas...-. Lo interrumpí y antes de que pudiera decir algo respecto a mi leve sonrojo lo abracé, apoyando mi pera sobre mis propios brazos.-¿Qué.. qué te pasa?-. Tomo mi hombro, sacudiéndolo.

-Estoy feliz-. Me separé al decir eso.

-¿Hah? Ni se te nota-. Desvió la mirada.- Sonríe aunque sea, tonto-.