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Cuarenta y dos

Min Yoongi

Yoongi siempre había sido del tipo de personas que atesoraba recuerdos que lo habían marcado, incluso cuando muchos de ellos eran dolorosos.

Desde que era un niño había considerado que aquello, incluso lo malo era parte de la vida y muchos eventos acabarían convirtiéndose en aprendizajes a largo plazo. 

"Resiliencia" así lo había denominado la madre de Hoseok cuando habían hablado con él, por que en medio de todo lo que había pasado Yoongi había encontrado fuerzas para poder seguir o mejor dicho cada uno de ello lo hizo.

Sin embargo el evento de aquella noche podría describirse como un simple antes y después.

Jungkook a penas había cumplido 16 cuando después de tanta insistencia y un par copas de más Jin dejo que conduciera su auto, habían practicado algunas veces en estacionamientos, pero Jin sentía que aún no estaba listo, sin embargo aquella precisa y fatídica noche no pudo decirle que no al menor.

Taehyung había advertido que quizá en realidad todos estaban demasiado ebrios como para si quiera conducir, sin embargo aún así luego del furor del momento también lo pasó por alto. Algo de lo que se cuestionaría toda la vida.

Eran dos autos, Jin, Jungkook, Namjoon. Iban en el de adelante mientras que Taehyung, Hoseok, Jimin y Yoongi iban en el otro.

Quizá había sido, la forma insistente en la que se habían retado los unos a los otros que, optaron por jugar con fuego.

Carreras de autos por la madrugada no estaría mal. Realmente nadie nunca háblalo sobre cuál fue exactamente el detonante, si aquel estupido juego, el alcohol o que Jungkook apenas estuviera empezado a conducir, o bueno incluso después de todo, podría que en realidad todo fuera parte del conjunto.

Solo un semáforo que nadie vio, la llamada de la madre de Jin, captando la atención de Jungkook, o el grito de Namjoon diciendo que parara, todo aquello había dado como resultado una sola cosa.

Nadie lo había visto venir.

Jimin quien conducía el otro auto había estado en el otro carril y pudo frenar a tiempo sin embargo aquello no evitó que aquella imagen de un auto volando por el aire se quedara marcado en su memoria.

Pero mientras bajaban del auto rápidamente sus miradas habían sido conducidas hacia sus amigos.

Su pecho había latido tan rápido que sintió que se saldría, sin embargo jamás se había sentido tan tranquilo, cuando al igual que ellos Jungkook, Jin y Namjoon bajaron del otro auto.

Jungkook había esquivado el impacto directo sin embargo la velocidad con la que iba había ocasionado que el auto que iba frente a él,  no corriera la misma suerte.

Aquella noche Jin guardaría imágenes en su memoria que se quedarían para atormentarlo en sus peores pesadillas.

Casi como una película de horror, aquella pista se había encendido en llamas.

Namjoon había bajado el extintor del auto de Taehyung, pero mientras apagaba aquel fuego fue cuando notaron el secreto que guardarían o más bien jurarían guardar para siempre. 

Taehyung había corrido hacia el otro auto para revisar a como estaban, casi rogando al cielo que al igual que con ellos, los del otro auto estuviera bien.

Sin embargo en cuando abrió aquella puerta, vio la imagen que lo cambiaría todo.

Aquellos profundos ojos azules, sobresaliendo en medio de toda la sangre mientras que gemidos de dolor salían de sus labios.