11

616 35 3
                                    

Gilbert
Estaba caminando por el bosque cuando escuche una voz, una hermosa voz que reconocí al instante, me acerqué de a poco tratando de no hacer ruido, pero no la veía por ninguna parte, hasta que llegue a un lago que nunca antes había visto, pero seguía sin ver a Sakura por acá hasta que levante la vista al ver como la sombra de una persona se reflejaba en el suelo. La vi impactado, ¿cómo había subido tan alto al ser tan baja?, ella no se había dado cuenta de mi presencia así que me senté al otro lado de árbol mientras la escuchaba cantar. Su voz me relajaba de una manera impresionante y la letra era muy bonita, ¿me pregunto si ella la habrá escrito? de un momento para el otro me quedé dormido mientras esa voz sonaba en mis oídos. Todo está bien, todo está tranquilo, solo éramos los dos aunque ella no supiera de mi presencia, solo estábamos los dos y la naturaleza como testigo de esto, pero de la nada me desperté al escuchar como algo se caía algo.

Había parado de cantar, ¿cuando dejó de cantar? o ¿por qué aún no salía del agua? Sé qué tal vez no había pasado  ni un minuto, pero los segundos pasaban como horas. Los nervios me ganaron y tuve que sacarla del lago.

Saruka
-¡Pero qué te pasa! —estaba furiosa me sacaron del agua justo cuando iba a ver que otras maravillas escondía en el fondo, aún no sabía quién era porque me estaba tratando de secar los ojos para ver, pero me quede muda al escuchar su voz.

-¿estás bien? Lo siento no quería asustarte, pero cuando te vi meterte y no salías me asuste, y si...—lo interrumpí.

-¿Gilbert?

-Si

- ¿Me estás siguiendo? —dije con una sonrisa burlona al poder abrir los ojos y ver lo nervioso que estaba.

- Obviamente que no, pero pasaba por acá cuando escuche que algo se cayó al agua —se rascó el cuello, eso significaba que estaba mintiendo.

-Eres terrible mintiendo —decía mientras me reía, me reí tanto que tenía que poner mis brazos en mi barriga porque ya me empezaba a doler.

- Ya para de reírte, toma que te vas a enfermar —deje de reírme de golpe cuando sentí como ponía su y mi abrigo en mis hombros, no sé qué me pasó generalmente me hubiese reído de su caballerosidad, pero en este momento entre en pánico, estaba muy nerviosa y estoy segura que estaba un poco sonrojada, ¿y si me enfermé?— ven te ayudo —me agarro de la cintura para ponerme de pie, lo cual causo que me diera un cosquilleo por todo el cuerpo—¿quieres ir a mi casa, queda más cerca de la tuya? —en ese momento me di cuenta que ya estaba oscuro y le dije a mi madrina que me iba a quedar en la casa de una amiga, mire a Gilbert, nunca le especifiqué a mi tía si iba a ser donde una amiga o un amigo.

Gilbert
Le ofrecí ir a mi casa y parecía pensarlo, pero al ver esa cara que puso, esa cara que pone cuando me va a pedir algo o trama algo me asusto porque de alguna forma sentía que estaba vez las dos caras estaban incluidas en una.

-¿Gilbert? —oh no aquí viene— ¿me dejarías quedarme a dormir en tu casa? —no podía creer lo que quería, además ¿por qué?

-¿perdón? —quería saber si escuche mal o quería tener tiempo para inventar una excusa para decirle que no,  sería muy incómodo.

-Vamos Gilbert, sé que escuchaste bien, ¿por favooorrr? —puso esa cara hermosa que pone cuando quiere algo, yo sé que sabe muy bien que me puede controlar de esa manera— vamos yo sé que quieres decir que si.

- Yaaa bueno, pero hay que irnos ahora o sino se va a hacer muy tarde y te vas a enfermar

-Siiiii —me paralice cuando sentí que entrelazaba nuestros brazos para empezar a caminar.





-,-,-,-,-,-,-,-,-,-,-,-,

Sakura
Llegamos a la casa y Gilbert me dijo que me bañara, y yo acepté, la verdad es que después de salir del lago si me había dado frío.

-Toma aquí tienes una toalla y voy a dejar la ropa en mi pieza para que te cambies —para molestarlo un poco lo mire con una sonrisa pícara— no me refiero a eso y lo sabes —no pude evitar soltar una carcajada.

-Si, ya sé a lo que te referías galán, ahora sal del baño que me quiero duchar —cuando salió me mire al espejo y me dio mucha vergüenza, la polera que traía se traslucía entera, pude apreciar como mi cara cambiaba de tener un color pálido a un color totalmente rojo, parecía tomate. Me metí a la ducha tratando de olvidar la vergüenza que pasé.

Gilbert
-¿Cómo estás campeón? —me pregunto Bash al llegar a la cocina.

- No me molestes, además no hables fuerte que te puede escuchar —me sentí como un cobarde que no fue capaz de decirle a su amiga que su polera se traslucía, al menos hice lo posible para no verla una vez que me di cuenta de eso.

-¿Por qué estás rojo? —no le respondí, no sabía que decirle— ¿qué le hiciste? Marrano —estaba serio así que pensé que en verdad me estaba culpando de haberle hecho algo y me paré de golpe de la silla donde estaba sentado.

-¡No le hice nada lo prometo! —creo que empeore las cosas porque Bash se empezó a matar de la risa.

-Entonces el problema no es lo que le hiciste sino lo que pensaste —al no respóndele altiro se empezó a reír más fuerte que antes mientras yo escondía mi cara con mis manos, sentía mi cara quemándose por la vergüenza.

-Ya déjame, recuerda que estoy con Anne y que Saruka es solo mi amiga —su risa se detuvo de la nada.

-No te creo Gilbert, he visto como las miras a las dos y a Sara la miras de una manera mucho más romántica que a Anne, o me vas a negar que no te pusiste celoso cuando la viste abrazando a ese chico Haru.

- No es verdad —yo lo sabía, pero tenía miedo de admitirlo, después de buscar a Anne por casi dos años me sentía mal si me alejaba ahora.

- Mira Gilbert —sonaba serio— yo sé que eres un buen chico y que no quieres lastimar a nadie, pero entre más tiempo esperas más vas a dañar a Anne o peor vas a terminar perdiendo a Sara por ese chico nuevo —todo lo que decía era verdad, podía perder a Saruka y no podía aceptarlo.

Sakura
Me termine de bañar, me puse la toalla y me dirigí a la pieza de Gilbert como me había dicho. Entre, pero en su cama vi un camisón para dormir, lo cual yo no usaba, me sentía incómoda además de que al moverme se me movía. Dejé el camisón a un lado y empecé a revisarle los cajones a Gilbert para ver si encontraba un pijama decente para ponerme y lo encontré, era un pantalón ancho marrón y una camisa ancha blanca, al ponérmelos vi que me quedaban algo grande, en especial los pantalones, no sabía que Gilbert era tan grande y tampoco me había dado cuenta que olía rico hasta que olí su camisa, quite esos pensamientos de mi mente para pensar en como podía arreglar el pantalón y encontré la solución.

.-.-.—.-.-.—.-.-.

Listooo, acá está la segunda parte ❤️

La flor de cerezo. GBWhere stories live. Discover now