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Sakura
Hace tres días que no veía a Haru y ya me estaba preocupando, ya que ni siquiera venía a las clases.

Faltaban 5 días y los nervios ya me estaban comiendo por dentro, acordamos con mi tía que el día antes del examen iba a dejar todas las cosas listas en la carroza y que antes de ir al examen iba a despedirme de Bash, Delphine y Gilbert, ya que ellos se merecían una explicación. 

Me encontraba sola en la casa, ya que mi tía dijo que tenía algo "pendiente" y que era urgente, pero ella no sabe mentir y estoy segura que me oculta algo.

- ¡Kara! Ya llegue, ¿puedes bajar un rato? Te tengo una sorpresa —era muy obvia. Empecé a bajar las escaleras cuando vi que mi tía estaba con Haru y que tenían muchas maletas con ellos.

- ¿Qué está pasando aquí? —tengo que admitirlo me muero de curiosidad.

- Bueeno, te quería decir queee —odiaba cuando Haru me hacía esto, él sabía que quería saberlo y por eso lo alargaba más.

- Vamos Haru, no seas pesado.

- Yayaya, lo qué pasa es que me voy a ir contigo, te voy a seguir hasta los últimos días de tu vida —estaba en shock, no lo creía, pero veía en sus ojos que no mentía, así que solo grité y lo abracé como nunca antes lo había abrazado.

- Oh por Dios, muchas muchas muchas gracias, Haru, enserio no sé cómo agradecerte. Todo lo que has hecho por mi no tiene precio...

-Claro que tiene precio princesa y el precio es que me tienes que soportar toda tu vida, lo cual es un precio bastante grande —los tres nos pusimos a reír,  veía en los ojos de Haru que estaba seguro de la decisión que tomo, lo cual me hacía sentirme más segura de mi decisión y podía ver en los ojos de mi tía paz, ella estaba feliz que fuera con alguien y no sola. En resumen la decisión de Haru nos hizo muy feliz a todos.

Gilbert
Faltan solo 5 días para declararme a Sakura, sé que esta en una relación, pero pronto se va a acabar el colegio y si ella se va de vacaciones, y no alcanzo a verla o no la veo nunca más, no me lo perdonaría. Así que es momento para dejar los miedos a un lado y jugármela por mi chica.


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Gilbert
Los cinco días pasaron muy rápidos y ahora estaba subiéndome al tren camino a Charlottetown, ya que allá debía hacer la prueba de admisión para la Universidad de Toronto, pero no estaba nervioso por eso sino que estaba nervioso por lo que venía después. Los chicos me dijeron que iban a ir a unas ruinas después del examen y tenía la esperanza de que Sakura fuera también, pero si ese no era el caso, entonces tendría que ir a su casa, lo cual no me molestaba.

Sakura
Todas nuestras cosas estaban en las carroza y yo me aseguraba de tener las cosas que iba a necesitar para el examen, además de revisar si tenía el disco con la canción de Gilbert, ya que íbamos a ir a su casa ahora.
- ¡Sara baja, ya es hora de irnos! —baje corriendo las escaleras para mirar una vez más a la casa por dentro, ya que fue en unos pocos meses me regaló los mejores recuerdos de toda mi vida. Nos subimos a la carroza y nos dirigimos a la casa de Gilbert.

No nos demoramos mucho, ya que íbamos en carroza. Al tocar la puerta Bash me abrió y no pude aguantarme las ganas y lo abracé, y él me correspondió altiro el abrazo.
- Te extrañe Sara, ¿qué haces acá, no tienes que hacer un examen? —me separe de él para mirarlo a los ojos.

- Si, pero tenía que despedirme primero —me miro confundido— después de dar el examen me voy a ir de Avonlea.

- Oh y eso ¿por qué? —me miraba apenado.

- Supongo que Gilbert te contó lo qué pasó —él asintió— pues no me siento cómoda al saber que todos saben algo tan privado y por eso decidí irme para empezar una vida una vida nueva —lo abracé de nuevo— te voy a extrañar Bash, fuiste como un padre para mí desde el momento que nos conocimos. ¿Puedo despedirme de Delphine?

- Por supuesto —se hizo a un lado para que pasara y me acompaño a la pieza en donde se encontraba Delphine, le di un pequeño collar que tenía desde pequeña y le di un beso para después salir de la pieza, ya que estaba durmiendo.

- ¿y Gilbert? Me gustaría despedirme de él, ya que después del examen no voy a tener mucho tiempo —su cara se entristeció aún más.

- La siento Sara, pero Gilbert se fue a Charlottetown para dar el examen.

-Oh —no me lo esperaba, pero tal vez era para mejor, ya que si lo veía y él me pedía que me quedara, era capaz de dejar todo— ¿puedo escribirle algo? —me pasó un papel y un lápiz, cuando termine de escribir la carta se la pase a Bash junto el disco— ¿puedes pasárselo cuando lo veas?

- Si —se veía triste y yo me sentía igual que él.

- Ya me tengo que ir —lo abracé y aproveché para susurrarle algo— cuida a mi tía por mi Bash, si algo le pasa ya sabes que sé dónde vives —soltó una risa un poco avergonzado.

- Relájate tigre, sería incapaz de hacerle algo —él repitió mi acción y me susurró algo— tú también eres como una segunda hija para mi —mis ojos se pusieron llorosos, lo abracé y le di un beso en la mejilla para después volver a subirme a la carroza.

La flor de cerezo. GBWhere stories live. Discover now