39

342 25 1
                                    

Sakura
Llegamos a Charlottetown y aún faltaba una hora para que el barco partiera, así que fui a la boutique para poder despedirme de Jeannie.

- ¿Sakura? —se acercó a abrazarme— mi niña me alegro que estés bien, me preocupe mucho cuando tu tía me dijo que no ibas a venir más a trabajar y que no me podía decir la razón —se separo de mí.

- Estoy muy bien, gracias por preocuparse, pase por unos problemas, pero ya logré superarlos —me miro feliz y me alegraba mucho.

- ¿Entonces vas a volver a trabajar? Porque tú puesto sigue vacío —su expresión de ilusión cambio a una triste cuando negué con la cabeza— ¿Por qué?

- Me voy a ir de Avonlea, necesito alejarme por un tiempo indefinido.

- Oh, lo entiendo y estoy muy triste por perder a alguien tan talentosa —me dio otro abrazo— quiero que me prometas que voy a seguir teniendo noticias tuyas —me puse a reír, estaba muy feliz de poder haberle sido de ayuda.

- Pero por supuesto, no se va a poder librar tan fácilmente de mi y le prometo que siempre le voy a enviar diseños nuevos y modernos, de esa manera las personas que viven aquí van a poder saber de moda y de paso abren ese mente que me disgusta tanto —se puso a reír.

- Yo creo que ya se abrieron un poco desde tú llegada, ayer una niña rubia con ojos azules vino preguntando si le podía hacer unos pantalones, ya que eran la última moda en Paris, creo que se llamaba Josie, pero no estoy segura —no podía creerlo, no me dijo nada, si algún día vuelvo a verla la voy a molestar con esto.

- Fue un gusto conocerla, pero ya me tengo que ir voy a perder el barco.

- Lo entiendo y hasta luego.

- Hasta luego —salí de la con los ojos llorosos. Llego el momento.

Llegamos a tiempo para que empezáramos a subir al barco.

- Mi niña hermosa yo sé te va a ir muy bien en tu nueva vida —me dijo mi tía mientras lloraba— muchas gracias por venir a vivir conmigo estos últimos meses.

- Gracias por recibirme tía y no llores que yo voy a llorar, y ya he llorado lo suficiente este día.

- Cuídala por favor, es lo único que me queda —mi tía abrazo a Haru.

- La voy a cuidar con mi alma, no la voy a dejar sola ni un momento. Vamos a ser uña y mugre —los tres reímos.

- Gracias por lo qué haces. Van a tener una hermosa vida en Paris yo lo sé y espero una carta a la semana de cada uno.

- Sin falta —dijimos al mismo tiempo.

"ÚLTIMA LLAMADA PARA QUE EMPIECEN A SUBIR"

- Ya hay que subir —Haru se despidió una última vez para tomar nuestras cosas y subir al barco.

- Tía me puedes prometer que nadie va a saber dónde voy a estar, por favor.

- Lo prometo, pero sigo sin entender el problema de eso —me dijo mi tía mientras me abrazaba por última vez.

- Solo quiero que todos sigan con sus vidas como yo lo voy a hacer. Te quiero mucho tía y quiero que sepas que eres una segunda mamá para mi.

- Y tú eres la hija que siempre quise tener —le di un beso en la mejilla.

- Pero aún tienes posibilidades, en especial si es con Bash, a él le gustan muchos los niños —me puse a reír mientras corría hacia el barco— ¡Espero que cuando vuelva sea porque estoy invitada a la boda! —entre al barco, ya todo estaba listo poco a poco todos empezaron a subir.

Mi familia, mis amigos se iban a quedar, iban a ir a la universidad juntos, iban a estar en contacto. Me empecé a sentir un poco nerviosa, tal vez era muy apresurado aún me quedaban un par de meses antes de ir a la universidad, meses en los que podría estar con mis amigos, meses en lo que podía estar con Gilbert.

Gilbert
Me baje rápido de mi caballo y corrí para el barco, pero ya era muy tarde, ya estaba partiendo. No alcance a decirle lo que sentía y tal vez nunca más la iba a ver. Me sentía mal, estaba triste, me sentía perdido, quería irme con ella. Le pregunté a cada persona adonde se dirigía el barco, pero me dijeron que tenía distintos destinos.

Nunca iba a escuchar su canto o verla mientras dibujaba. No iba a ver ese brillo en sus ojos cuando estaba feliz. Nunca más íbamos a tomar desayuno juntos. Nunca más iba a ver esa sonrisa que le daba sentido a mi ser, que me daban ganas de vivir, de crecer como persona para merecerla.

- ¿Gilbert?

La flor de cerezo. GBWhere stories live. Discover now