24. Incómodo.

1K 153 46
                                    


Alex me observó tranquilo mientras le contaba lo que había ocurrido. A veces odiaba que fuera tan tranquilo, me gustaría que se ría o se burle de mí, que me diga que era un idiota. Pero él no lo hacía, simplemente escuchaba pacientemente y asentía de vez en cuando.

—¿Y qué harás ahora?

—Nada —dije cruzándome de brazos.

—¿Nada?

—¿Pretendes que le diga que me puse celoso? —consulté burlón. —No puedo decirle eso, es ridículo.

—Pero es la verdad.

—Sí, es la verdad, pero es estúpido. Él y yo no somos nada.

—Sí, puede ser. Pero debes ser claro con lo que quieres amigo. Sino estarán en una diferente sintonía y no funcionará.

—Ya no funciona Alex, yo estoy muy loco —me reí y tiré mi cabeza hacia atrás.

—Y ¿Qué pasa si viste mal? Podía ser la picadura de un mosquito... —rodé los ojos. No era temporada de mosquitos. —Una araña...

—Sé lo que vi —dije de mala gana.

—Pregúntale.

—No puedo.

—Dile lo que viste y que te confundiste. Dile que no sabías que estaba viendo a otra persona, entonces él te dirá cómo quiere hacer esto —sugirió señalándome. —Sí él puede tener otras parejas, tú también.

—Yo no puedo "tener otras parejas".

—No puedes porque no lo intentas, tú podrías. Eres apuesto.

—¿Gracias? —me reí.

—Y Polo puede suponer que tú realmente puedes. Veamos si le gusta la idea o no. Y luego tú decides qué hacer.

—No quiero —suspiré. —Sinceramente no tengo fuerzas para eso.

—Lo intentas muy poco.

—Y tú eres muy persistente. Hablando en serio ¿cuánto estás atrás de este tipo? —fue el turno de Alex de rodar los ojos y, obviamente, no respondió. —Esto es tan difícil...

—Lo hacemos difícil —se rió mirando su teléfono. Su mirada se iluminó y supe que era su chico. —Tengo una salida este fin de semana ¿Quieres venir?

—Estoy un poco cansado —aseguré. —Prefiero quedarme en casa.

—¿Deprimiéndote?

—Bueno, tengo pensado hablar con Omar para que eso no pase —dije de inmediato poniéndome de pie.

—Puedes quedarte Ian, sabes que no me molesta y que no me gusta estar solo.

—Lo lamento amigo, pero soy yo el que necesita estar solo justo ahora —suspiré tirando mi mano a la suya. —Suerte con esa salida.

—Gracias —sonrió grande.

No llamé es día. Ni llamé el siguiente luego de hablar con Omar. Omar dijo que teníamos que trabajar mis inseguridades y eso llevaría un poco de tiempo. Él me felicitó por no haber reaccionado "tan mal" en ese momento, y aunque yo hubiera sonado como un cretino en busca de un acostón (esas fueron mis palabras), fue una manera de hacer ver a Polo que yo quería algo serio. Yo le dije que no quería algo serio y Omar dijo: "Terminamos por hoy". Odiaba que dijera eso. A veces lo odiaba mucho.

Regresé a casa y me concentré en los parciales que estaba preparando. También le dediqué un tiempo a las clases para los muchachos a los que les daba tutorías y luego, cansado y sin ganas de pensar en nada más, me fui a dormir.

AtemporalWhere stories live. Discover now