-Identidad Ignota-

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"#45"

-Dahlia encontró las cosas-murmuro a mi compañero de crímenes mientras observo a Dahlia cerrar la puerta de la casa que se comunica con el jardín. Él me observa con el ceño fruncido y suspira.

-¿En que estás pensando?-me espeta él, mientras lleva una mano a su frente-Echarás todo a perder-lo señalo de forma amenzanate para que deje de hablar.

-Sé lo que hago-le espeto y niego con la cabeza, entregándole el machete-Por favor, dime que lograste atrapar a 45. No puedo creer lo descuidado que fuiste al confundirla con Dahlia, lo único que te faltó fue gritar su nombre-él me observa molesto y rueda los ojos.

-La encontré antes de ver a Dahlia. Regresé al bosque para buscarte y en su lugar escuche pisadas, me acerque a ella para verla bien y...-lo tomo del cuello, estrellando su espalda contra el tronco de un árbol, causando que él afloje su agarre del machete y el arma caiga al suelo.

-¿Ella te vio? ¡Pero que mierda te sucede! Ella puede recordarte, gran imbécil arrogante-le espeto entre dientes, queriendo clavar en su pecho el cuchillo que guardo en mi bota.

-No me vio-me espeta-¡Ahora sueltame!-me grita empujando su cuerpo con fuerza. Lo suelto, haciéndome a un lado y cae de rodilla al suelo con un quejido. Después de unos segundos, se levanta molesto y limpia sus pantalones-Estoy seguro de que no me vio, no hay manera en que me haya reconocido, todo está muy oscuro y cegué su vista con la luz de la linterna. Tranquilizate, tu linda florecita no se irá de tu lado-dice con amargura, recogiendo el machete.

-Realmente espero que sea así-lo señalo en advertencia y asiente, soltando un suspiro. Sonrío un poco, tratando de aliviar el ambiente y rodeo su hombro con mi brazo-Lo siento, amigo. Sabes que con ella pierdo la cordura-suelto un suspiro extasiado y sonrío aún más, necesito volver a verla.

-Siento lo de 45, no puedo creer que me engañó-murmura y frunzo el ceño.

-Tranquilo, también comenzaba a engañarme a mí-le respondo molesto. La furia invade mi pecho al volver a sentirme engañado y traicionado. Creí encontrar a alguien quien realmente pudiera entenderme, pero solo fue una actuación para escaparse. Ahora verá cuales son las consecuencias de eso. Cuando llegamos a la cabaña, sonrío arrebatando el machete de la mano de mi compañero.

-Me dijiste que podría hacerlo yo-él se queja y ruedo los ojos antes de caminar hacia la entrada, dónde dejé el hacha. La tomo con mi otra mano y evalúo las dos armas, pensando lo que puedo hacer con ambas. El hacha y el machete podrían servir casi para lo mismo, es decir, realizar el último paso, así que mejor dejo el machete en el suelo y regreso hacia él para entregarle el hacha.

-Puedes hacer el trabajo final-le respondo sonriendo-Yo solo jugaré un poco con ella-saco el cuchillo de mi bota y la pequeña cinta adhesiva de mi bolsillo delantero. Él no luce conforme con el trabajo que le toca pero lo ignoro porque sé que no se atreverá a decirme nada, yo soy el que toma las desiciones finales.

-¿Quieres que espere aquí?-pregunta aceptando su trabajo y sonrío asintiendo-Bien, me mandas un mensaje cuando me necesites-le enseño mi pulgar en confirmación antes de entrar a la cabaña. Camino hacia el sótano y abro la primera puerta, cerrando con llave por las dudas. Recorro el pasillo lentamente, permitiéndome resonar mis pasos mientras me voy acercando a la habitación, suelto una pequeña risa cuando comienzo a escuchar sus suaves sollozos.

Abro lentamente la puerta y recorro la mirada por su cuerpo perfecto, desnudo y lastimado. Sus brazos se extienden hacia arriba al tener sus muñecas atadas a una cadena colgada en el techo. Su cuerpo tiembla al escucharme ingresar a la habitación pero la ignoro y en su lugar, aprecio el arte de su cuerpo mientras recorro lentamente sus pechos y piernas lastimados con pequeños cortes frescos hechos con-¿Una navaja, tal vez?-por mi compañero, al ser capturada.

Suspiro mientras me acerco a ella hasta estar a centímetros de su rostro. Aún cuando no puede verme, sus sollozos se hacen mas fuertes y su cuerpo tiembla con más fuerza al sentir mi respiración acercarse a sus labios. Quito la venda de sus ojos y la obligo a abrirlos para que vea directamente a los míos.

-Fuiste una mujer muy mala-murmuro por lo bajo y comienza a rogar por su vida. Ruedo los ojos molesto ¿Por qué siempre es lo primero que hacen? Quisiera tener a alguien interesante por una vez desde 35, pero nadie llega a ser como ella-¿Sabes lo que les sucede a las mujercitas malas y traicioneras como tú?-ella sigue rogando y me acerco aun más a su rostro-¡Responde!-45 se sobresalta y suelta un sollozo más fuerte, negando con la cabeza-Pues...mueren-me encojo de hombros al dejar de hablar.

-¡No! No, por favor-grita sollozando-Seré buena desde ahora, te lo prometo. Te lo juro, pero por favor, no me mates-ella llora descontrolada, negando con la cabeza-No me mates-la ignoro mientras veo el cuchillo en mi mano, pensando en cuál será el siguiente paso. Cuando me acerco a ella con intención de recorrer la parte afilada del cuchillo por su abdomen, retrocede gritando y cierro los ojos irritado. Odio cuando se ponen así.

-Colabora, cariño. Será menos doloroso para ti-le sonrío y ella niega con la cabeza. Luce hermosa aun con el rostro hinchado y lleno de lágrimas. Quisiera conservar algo de ella, así que hago una lista en mi mente para recordar regresar por sus cosas y evaluarlas, tal vez tome su collar de diamantes, lindo y sotisficado como su dueña.

-¡No puedo creer que confíe en ti!-me grita llorando, casi como si estuviera maldiciendose a sí misma. Esto es nuevo, usualmente solo tienen mente para gritar y llorar por sus vidas pero ella...oh, casi lo logras 45, estuviste muy cerca de hacerme olvidar. Tal vez deba hacer esto más seguido con las mujeres que vienen conmigo, es mas entretenido observar sus reacciones al darles tiempo para que dejen salir su lado salvaje y superviviente.

-Creo que tus padres te advirtieron sobre no hablar con extraños. Esa decisión está sobre tus hombros ahora-me encojo de hombros y ella empieza a llorar mas fuerte, regresando a lo aburrido.

-Por favor, por favor-me ruega-No me hagas daño, déjame ir. Te prometo que no diré nada-suelto una risa. Por favor, como si fuera un idiota para creer eso-Por favor, Aren. Por favor-solloza y ruedo los ojos, tomando su cabeza para meter la venda en su boca y callarla de una vez por todas. Suelto un gruñido cuando ella forcejea conmigo pero logro silenciarla con rapidez cuando presiono mis manos con fuerza sobre su cuello. Cuando ella deja de moverse, suelto un suspiro, peinando un poco mi cabello. Que difícil, no entiendo porque solo en ese tipo de mujeres me fijo.

-Lo siento, cariño pero por muy hermosa que seas, a mi nadie me engaña y tú...tú me lastimaste mucho-susurro con tristeza mientras acaricio su mejilla una última vez.

***

Nop, no me equivoqué mi me confundí. De verdad leyeron bien el nombre.

Nos leemos en la siguiente actualización :D

Atte: Sara Elizabeth 👁️

Reminiscencia©Where stories live. Discover now