59- Te encontraré

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Me niego a llorar aún sabiendo que Nick me hará mucho daño, que me hará revivir de la cruel manera todo lo que he pasado y que he creído superar. Cierro mis ojos, pienso en cosas bonitas, pienso en mis padres, en Steven cuando me hacia tan feliz con sus besos y caricias, en su sonrisa, en los ojitos y rostro de mi pequeño ahijado, pienso en la cosas más bonitas que he vivido.

Pero aunque piense sé que Nick ya está posicionado y que ha bajado el cierre de su pantalón, también que ahora va abusar de mi cuerpo como alguna vez lo hizo.

Y siento que ya su miembro está a punto de desgarrarme, cierro los ojos de nuevo y espero que todo pase rápido. Pero no es así, alguien toca la puerta varias veces y Nick se quita detrás de mi.

La emoción me recorre, pienso que es Steven y que me ha encontrado, al fin, sabría que lo haría.

—¡Aquí estoy, ayúdenme! —grito pero Nick me cierra la boca con una cinta adhesiva.

—Cállate, maldita perra.

Miro a su dirección y toma una pistola, la cual recarga al instante y se pone contra la puerta a mirar por un agujero.

Espero que sean policías y que me liberen de aquí.

—Soy yo imbécil, Davis.

Oh no, no puede ser. Es ese maldito, su mejor amigo Davis, estaba en el sacrificio que hicieron cuando quise entrar en su secta.

Nick abre y enseguida Davis entra, él cierra de inmediato, y Davis tiene algunos bolsos que no distingo.

—¿Por qué demonios tardaste? Moría de hambre.

—Te dije que no quería estar involucrado en esto, no entiendo cual es tu obsesión. Toma.

Le pasó el bolso y me mira, le imploro ayuda con la mirada, Davis me mira con un rostro apenado y niega.

—Tu no lo vas a entender, ella necesita estar conmigo, no con otro. Y si dices una palabra de esto te mato.

—Tranquilo, ¿y qué harás con ella? ¿Vas a matarla?

Nick me mira y hace una mueca.

—Quiero embarazarla, ella mató a nuestro hijo, es una maldita asesina, a quien tiene que amar es a mi.

Davis se acerca y se arrodilla ante mi.

—Te preguntaría como te sientes, pero sé que no estás bien —dice.

—Ya déjala, a nadie le importa como se siente, mucho daño hizo ella.

—¿Y que le ibas hacer a ella? Está desnuda.

—¿Qué crees? La castigaba y le haría un hijo, más nada.

Davis se levanta y se siente junto a Nick en el suelo, ambos me miran y bajo mi cabeza porque no soporto estar así. Estoy sudada y más que eso, herida. El dolor ahora fluye por mi cuerpo.

—Creo que si la embarazas ella moriría por la forma en que la tratas, además está herida.

—Eso a ti no te importa. Ya cállate.

Nick come como un maldito cerdo y el estómago me cruje de hambre. Cierro mis ojos ya cansada y mareada de estar posicionada así. Tengo mucho sueño, solo quiero morirme.


Steven:

¿Dónde estás mi Karen? ¿Dónde te han llevado preciosa? Tenemos más de 24 horas buscándote, he venido a donde naciste, a donde viviste tantas experiencias malas condiciones tu familia, con las personas que te hicieron daño, con ese maldito Nick.

La DiablaOnde histórias criam vida. Descubra agora