Prólogo 🐺 El comienzo de una nueva generación

1.6K 201 38
                                    

Montes Apeninos, Italia

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

Montes Apeninos, Italia

Año 1000 d.C.

La persecución que estaban sufriendo la generación de lobos era devastadora y sangrienta, el enemigo era despiadado y haría todo lo posible por destruir aquella raza y, sobre todo, al nuevo integrante de la manada, un bebé a punto de nacer.

—No pueden seguir quedándose aquí, es peligroso y corre peligro el bebé también —habló el jefe de la manada.

—No nos iremos a ninguna parte sabiendo que ustedes están peleando —dijo con desesperación el hombre.

—La manada es antigua, podemos defendernos sin ustedes y es mejor que continúen con su vida, el bebé necesita un lugar seguro para nacer y sobre todo deben instalarse en una ciudad lejos de aquí también —respondió el abuelo del hombre.

—No me pidas que los abandone —la voz del hombre se quebró de impotencia.

—Te guste o no deberás hacerlo, por el hijo que estás por tener Martino —expresó con seriedad absoluta su padre.

Uno de los miembros del clan enemigo interceptó a Giovanna, la pareja de Martino, quien al verla se lanzó sobre ella para matarla. En un forcejeo que no pasó a mayores, el individuo terminó perdiendo el equilibrio y cayó en el abismo montañoso, haciendo que el collar de la mujer se desatara de su cuello.

—¡El collar! ¡Martino, el collar! —gritó con desesperación la fémina—. Acabo de perder el collar cuando me atacaron —habló en un mar de lágrimas.

—No te preocupes, estás protegida igual —admitió acariciando sus mejillas para tranquilizarla y luego le dio un beso en la frente.

Detrás de ellos había una batalla sin igual, una pelea que Martino ansiaba ser partícipe pero que por decisión ajena a él no podía hacer nada.

—El bebé... se mueve demasiado —comentó la mujer sujetándose el bajo vientre.

—Giovanna... debemos escapar de aquí —contestó con preocupación en su voz y mirándola a los ojos—, no podemos quedarnos, el bebé corre peligro y es primordial que salgamos de aquí.

—¿Y tu familia? No podemos dejarlos solos —dijo con angustia en su voz.

—Lo importante es el bebé, Gio... Nuestra familia no quiere que nos quedemos con ellos, debemos irnos, ahora —emitió con firmeza.

La mujer con lágrimas en los ojos solo le asintió con la cabeza más no pudo articular una sola palabra. Martino abrazó por los hombros a Giovanna y con cuidado caminaron hacia el sendero contrario. La fémina sentía que con cada paso que daba el bebé se movía cada vez más.

—El bebé... está demasiado inquieto —le advirtió—. Y tengo miedo.

—Tranquila, encontraremos un lugar para descansar por el momento y luego retomaremos el viaje —le aseguró él besando la coronilla.

El Siberiano de Génova ©Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt