POV NARRADOR
Aquel primer encuentro entre la licenciada Huerta y Grace Pérez, dejó abiertas las puertas de un mundo completo de placer, pues a partir de ese momento los encuentros sexuales se hicieron más a menudo, ya que ninguna de las dos se negaba cuando el momento estaba puesto en charola de plata.
Meses después, lleno de juntas, trabajo, sexo y placer, Tirzah comenzó a sentir más allá del deseo de satisfacción, se fue enamorando profundamente de el cuidado que la otra mujer tenía con ella, el mismo que su novio (en ese entonces) no le daba; Por otro lado, Grace estaba centrada en el placer, en querer olvidar a aquella mujer de la que alguna vez estuvo más que enamorada, ¿Joy le confesó lo que sentía? Sí, lo hizo después de alguna ronda de sexo, le tomó por sorpresa a la morena, sin embargo, se mantuvo en la postura de ser solo "amigas con derechos", Huerta tuvo que aceptar aquello si no quería dejar de tener aquellos encuentros con su secretaria.
El problema intervino en su historia en el momento en que Tirzah se comprometió con su actual pareja, Grace notaba aquellos bruscos cambios, cambios en los que disminuyeron sus encuentros por la inseguridad de Tirzah, ya que a punto de lograrla convencer de tener sexo, le respondía con un: "No puedo, estoy comprometida" -mostrando su sortija en el dedo anular- Las tardes en que antes pasaban juntas dentro de la oficina, siguieron siendo las mismas, solo que ésta vez sin ella, en su lugar quien compartía el espacio con la licenciada, era su prometido.
La última vez que se encontró con ellos juntos, fue en esa tarde, después de que el patán (según Grace) de el prometido de la licenciada, le insinuara que si también tenían sexo, ya que a veces estaban muy pegadas por largas jornadas de tiempo "trabajando".... Sin pensarlo más, salió de aquella oficina, se dirigió a su espació laboral, pensando en cada momento, y arrepintiéndose profundamente por no ser valiente y capaz de decirle en su momento que también quería como algo más a su jefa.
POV GRACE
Maldigo internamente cada momento que he tenido con Tirzah, o con más certeza... odio permitirme sentir tantas cosas por ella, sabiendo que ya es un fruto totalmente prohibido ahora, está comprometida, las empresas tienen la mira y esperanza en su casamiento, me jode saber que pudimos haberlo tenido todo, pero por idiota lo pasé en alto.
Después de haber analizado y lamentarme en mi escritorio, decidí salir de ahí, aún tenía turno laboral, pero no quería permanecer un segundo más en la empresa. Fui al área médica lo más rápido que me permitieron mis piernas, fingiendo un poco de malestar en la cabeza, fue lo suficiente para que me diesen un pase de salida, la desgracia fue saber que antes de retirarme tenía que firmarlo mi superior, en mi caso.... Joy Huerta.
Maldita sea... lo que menos quería era mirarlos de nuevo, no ahora. En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba esperando a que me abrieran la puerta.
-Diga- solo asomó la mitad de su cuerpo, no queriendo mostrar el resto -Grace...- acabó murmurando, noté su mirada nerviosa, un dolor se clavó fuerte en mi pecho cuando mi vista bajó hasta sus labios y los noté hinchados y muy rojos, sinónimo de besos
-¿Podría firmar éste pase de salida? - en cuanto tomó la hoja escondí la mirada viendo a todas partes, menos a sus ojos-
-Al acabar de leerla, tomó mi barbilla, obligándome a verla a los ojos directamente- ¿Por qué te duele tanto la cabeza? ¿Qué ocurrió? -en ningún momento apartó la mano de mi rostro, estaba segura que no aguantaría mucho, ya que la calidez que me ofrecía era la que necesitaba
-Creo que tiene asuntos más importantes que hacer, jefa- lo solté sin más
-¿De qué hablas?
-Solo fírmelo por favor, quiero, necesito irme
-Ve a casa- firmó la hoja- En la noche iré a tu departamento a checarte ¿si? -Oh no lo creo, que sin vergüenza
