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Miró al castaño dormido para después hacerlo a su vientre.

Llevaba un buen rato conduciendo aprovechando que Stiles seguía dormido y ya había recorrido una gran distancia.

Soltando una mano del volante la estiró hacia la barriga del joven y la acarició con suavidad.

Pudo percibir un leve movimiento.

Una sonrisa asomó en sus labios.

Afinando sus sentidos de lobo había podido oír, aunque sutilmente, un latido extra procedente del humano, cuando habían hecho el amor, horas antes de ponerse en carretera.

-Eehh, ¿Cómo estás pequeño?- saludó casi en un susurro.

El movimiento dentro del castaño pareció aumentar y Derek lo notó.

Sonrió como un tonto.

-Has sido una sorpresa  ¿Sabes?- siguió hablando al vientre del joven.

-Espero que estés bien-

Recibió una respuesta en forma de gorjeo.

-Sé paciente con los dos, esto es nuevo-

Le gustaba sentir ese rumrum que hacía su hijo.

Hijo.

La simple idea de saber que podía tener hijos con el castaño hizo a su lobo ronronear de felicidad.

-Y aunque no soy mucho de expresar los sentimientos quiero que sepas que te quiero-

-O Dios- habló Stiles, que acababa de despertarse y observaba al lobo atónito.

Derek le miró con su típica mirada perdona-vidas.

-¿Sabes? Acaba de darme una grandísima subida de azúcar- dijo Stiles entre el asombro y la diversión.

-Pfff, era un momento íntimo entre mi hijo y yo-

-Je, je, je perdona pero no solo es tu hijo- desdeñó el joven.

-Stilessss-

-Naaaa, no intentes explicarte-

-Aprovechaba que estabas dormido para hablar con él y...-

-Que no me la das, chucho- cortó el humano.

-¿¿QUIERES CALLARTE??-

Stiles se sobresaltó en el asiento.

Llevándose una mano al vientre se apretó contra la puerta y mandó:

-Para el coche-

-Lo siento, lo siento, no quería gritarte-

-Para.el.coche-

Derek tragó saliva, asustado de notar la tensión y la preocupación que emanaba Stiles.

-Por...por favor, no, no...te prometo que no era...mi intención, Stiles-

-Te estoy pidiendo que pares el coche- dijo el castaño.

Deteniendo el motor, Derek bajó la mirada.

Dando un suspiro, el joven se soltó el vientre, miró fijamente al moreno y pidió:

-Anda, mírame-

Despacio, el azabache le miró.

-¿Cuánto llevas conduciendo?-

-Seis o siete horas-

-¿¿Sin parar??- se alarmó el chico.

-Es obvio que sí- entornó los ojos Derek.

VAYA PAR DE EMBARAZADOS (STEREK & NOAHTER)Where stories live. Discover now