Capítulo 2.

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Historia coescrita con la fabulosa Latilsita, sin ella la historia no sería ni la mitad de lo que es realmente.

♣ ♣ ♣ ♣

Suspiró y siguió mirando por la ventanilla del carruaje después de un largo tiempo admirando al joven Duque, tampoco quería parecer raro o fuera de lugar.

Sintió cómo el vehículo empezaba a perder velocidad, haciendo que Harry enfocara su vista en algo en particular: la mansión Riddle.

"Después de tantos años no estaba en óptimas condiciones, pero no iba a desperdiciar esfuerzos para reconstruir recuerdos y momentos que pasó con su padre. La mansión definitivamente no era una de sus prioridades en esos momentos, por otro lado..."

Sí, Harry recordaba muy bien las referencias que él Lord comentaba de su hogar. Por otro lado, ésta no era tan grande, hasta podría decir que parecía un poco lúgubre y... ¿solitaria? Bueno, Harry no era quién juzgar, pero definitivamente eran dos cosas muy distintas el imaginar la mansión que tenerla en persona.

Si bien el lugar parecía habitable, no podía pensar en el gran duque Riddle viviendo ahí. Trató de contener sus emociones, tal vez la casa era mejor por dentro.

Salieron del carruaje, Tom primero y luego Harry, quien logró no caerse gracias a la atención de su futuro esposo, quien le había vuelto a tender la mano en forma de ayuda.

Caminaron por el jardín, el cual era un poco... muy pobre. Algunas plantas se podían ver, pero Harry podía apostar toda su herencia a favor de que las pobres flores no recibían los cuidados necesarios para su crecimiento, tal vez luego pueda hacer algo para ayudar a la naturaleza para florecer en ese lugar.

Dejando de lado el triste jardín, volvió su mirada a la casa, está era de unos tres pisos si consideraba el ático. La mansión era cuadrada, casi imponente. En el libro no mencionaban muchas cosas de ésta, casi como si a Tom no le importase el lugar donde vivía.

Antes había pensado que el interior del hogar iba a ser algo distinto a lo que ya había visto, pero sus ilusiones cayeron en picada cuando notó que no era así.

Un vestíbulo los recibía con las típicas escaleras invitándolos a indagar por el segundo piso, algo muy clásico si le preguntaban a Harry. A los lados se encontraban dos marcos circulares señalando las entradas a lo que suponía, eran el comedor, la sala y, más adentro, la cocina. Tal vez una pequeña sala de té considerando las proporciones que había visto desde afuera.

Un hombre vestido de traje salió a su encuentro haciendo una reverencia, con su cabello castaño oscuro combinando de la mejor manera con su traje, cuando se levantó de la reverencia, Harry pudo ver el color de sus ojos, el cual era casi idéntico a su cabello. Por su aspecto podía imaginar que era el mayordomo.

-Avery, éste es Harry Potter. Harry, te presento a mi mayordomo. Cualquier cosa que necesites será tu guía hasta que te acostumbres a la mansión. -le tendió los documentos a Avery- Sin cambios. -informó y se giró hacia Harry- La boda será tu responsabilidad, considéralo un adelanto de las labores que tendrás como Duquesa. Avery, encárgate que tenga todo lo que necesite.

-¡¿Duquesa?! -exclamó con confusión y algo de pánico.

Tom esbozó una sonrisa divertida ante su reacción. Era pequeña, pero, con lo poco expresivo que normalmente era, parecía un reflejo del gato Cheshire.

-Con un poco de suerte, en el futuro mirarás mejor lo que firmas.

Y, como si esas palabras fueran suficientes, dio media vuelta y se alejó escaleras arriba.

La duquesa de Slytherin.Where stories live. Discover now