Capítulo 5.

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Historia coescrita con la fabulosa Latilsita, sin ella la historia no sería ni la mitad de lo que es realmente.

♣ ♣ ♣ ♣

Harry estaba consciente de que se acercaba la fecha para el gran evento, pero nunca pensó que pasara tan rápido. Ahora, viendo las miles de telas, sacos y demás prendas de ropa para probarse sólo le hacían querer salir corriendo.

El Duque estaba con él, no era malo, sólo que Harry ya no podía verlo a los ojos después de la cena que compartieron.

—Mi Lord, pruebe con éste —le dijo Ollivander separándole un saco algo raro. Antes de todo eso, les había pedido que se vistiera con una playera blanca—. Consideré su posible ganancia de peso, espero sea lo suficiente

Miró el saco, no se podía quejar, era otra época a la que estaba acostumbrado, pero la ropa sigue siendo algo difícil de acostumbrarse considerando que prefería las prendas de su otra vida.

Sin pensarlo más de la cuenta, se puso el saco cuidando de sus brazos. A lo lejos se encontraba Ollivander dándole al Duque su perteneciente saco, pero no importaba lo que hiciera, Harry siempre sentía la mirada del ojirojo sobre sí.

Siseó cuando la manga se atoró un poco en su brazo, exactamente en las heridas que todavía no curaban. Se aguantó el dolor para acomodarse algunos botones, pero no pudo llegar ni al segundo botón cuando unas manos lo detuvieron.

Dio un paso atrás cuando vio al Duque frente a él, no supo qué hacer, sólo quedarse parado sin hacer nada mientras Tom le desabrochaba el botón del saco y se lo quitaba con tranquilidad para seguir con su camisa.

Un sonrojo cubrió sus mejillas, esperaba que no se hiciera costumbre.

—¿Te sigue doliendo? —Preguntó una vez que le sacó la playera y dejó libre sus heridas. Asintió sin dejar de mirar su brazo—. ¿Y la pomada que te dio el sanador?

—En mi bolsillo —susurró y se forzó a no dar un salto sorprendido cuando una mano se coló por su pantalón y sacó en pequeño bote.

No dijeron más después de eso, Harry sólo se pudo concentrar en las suaves caricias que daba el ojirojo a su dañada piel mientras le colocaba un poco del medicamento. Lo único positivo que encontraba era que sus heridas ya no sangraban, pero seguían sensibles... Lo suficiente sensibles como para sentir todo acto para amortiguar su dolor.

Después de ese momento, los dos volvieron a probarse los vestuarios, Harry teniendo más cuidado de sus heridas y el Duque mirándolo en algunos momentos.

Tras probar algunos sacos y tomar medidas, Ollivander seleccionó uno de los conjuntos y le pidió a Harry que se lo colocara. Era de color blanco con bordados dorados, aún el ojo inexperto de Harry podía detectar que los materiales eran de una increíble calidad.

Se colocó la ropa hasta que llegó al saco, no estaba seguro cómo abrochar algunas de las partes. Una asistente se acercó a abrochar y cuando terminó casi salió corriendo hacia el otro lado del cuarto. Instintivamente, se giró a mirar a Tom, y se encontró con que estaba justo detrás de él. Los ojos rojos recorrieron su cuerpo y Harry dio un tembloroso paso atrás, observando que el traje del Duque llevaba puesto, era negro en vez de blanco y tenía un estilo de capa distinto.

—Ahora sé por qué existe una tradición de no ver a la novia antes de la noche de bodas. Toma demasiado autocontrol.

Deseó no hacerlo, pero sus ojos cayeron hacia sus pies mientras un nuevo sonrojo se asomaba por sus mejillas, no sabía qué estaba pasando para que sus interacciones fueran más seguidas y, sobre todo, Harry no sabía si estaba agradecido con eso o no.

La duquesa de Slytherin.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant