𝙚𝙭𝙥𝙚𝙧𝙞𝙢𝙚𝙣𝙩: 𝙩𝙝𝙚 𝙘𝙪𝙧𝙚 [Leon S. Kennedy & Tú]

Twenty

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Mi cabeza  estaba jugándome una mala pasada, debido al golpe que recibí ya estaba escuchando voces.
Pero esa voz sonaba como la de un hombre...¿Mi conciencia era hombre?

Puedes derrotarlo, puedes hacer que te deje en paz.

¿Qué diablos..?

No, no, no.
Mi cabeza dolía, y sentía cada vez más un peso enorme en mi cuerpo. Como si fueses a desmayarme, pero eso en ningún momento sucedió, solo me sentía débil cada vez que esa extrañaba voz en mi cabeza me hablaba.
Era como que sentía que mi cuerpo reaccionaba por sí mismo, sin la necesidad de que yo moviera algún musculo.

El grandote ya estaba frente mío, mirándome. No podía saber sí estaba enojado o no, su rostro no tenía expresión alguna, tenia manchado de sangre debido a las balas que anteriormente le había dado. Pero su piel no era la de un color normal, como las que todos usualmente tienen.. Su piel era de color plomo, casi plateado.

Mi respiración se atoró y sólo pude apegarme más a la pared, sin mover ningún músculo. Sentía miedo, mucho miedo.
Él solo me miraba fijamente, soltando leves gruñidos.

Pero al cerrar mis ojos, este gruñó fuertemente y volvió a tomarme en sus enormes manos, alzandome en el aire, aplastándome.

Solté un desgarrador grito al sentir todo mi cuerpo contraerse debido a la fuerza que estaba poniendo el monstruo en mi.

— ¡¡AAAAH!! ¡M-MIERDA!!

Seguía gritando y pataleando para poder librarme de él pero ni se inmutaba, era como si yo fuese una muñeca barbie y él la pequeña niñita que maltrataba al juguete.

¿Dejaras que él te mate de esta manera, Pequeña?

Pequeña.

Pequeña.. . Era la forma en la que sólo mi papá me decía. S-Sólo papá me decía así...
No dejaba que nadie más me dijera así aparte de él.

— ¿P-Papá? — murmuré con poca fuerza en mi voz. ¿y sí era mi papá quien me hablaba? Oh.. Dios..

Mis fuerzas se iban desvaneciendo. .. pero de un momento a otro mi fuerza volvió de una extraña manera la cual me sorprendió bastante.

Era como si hubiesen conectado un cargador en mi espalda.
De forma rápida, le di una fuerte patada en el rostro a aquel adefesio humanoide que me tenía atrapada en sus brazos. Pero este, solo gruñó aún más fuerte y me lanzó  lejos, extraña y sorpresivamente caí con una de mis rodillas al suelo y mi otra pierna levantada.

No recibí daño alguno.

Levanté mi vista nuevamente para encontrarme con él, quién venía hacia mí, al parecer con más ganas de matarme. Sin siquiera mirar hacia atrás, comencé a correr, esquivando con gran agilidad (la cual me sorprendió bastante) todos sus golpes. Las paredes de la comisaría ya estaban hechas trizas debido a sus puños de acero.

Estaba apunto de salir de los pasillos, sólo quedaba la última puerta del fondo. Él solo venía a unos cuantos centímetros de mi, corrí lo más rápido que pude y la verdad... no sé cómo fue que hice eso, pero lo hice.

Trepé la puerta, dando una voltereta en el aire cayendo detrás del monstruo. Este no tuvo tiempo ni de frenar ya que iba a toda velocidad hacia mí. Sin más salió disparado por la puerta, la cual llevaba a la salida trasera de la comisaría, este cayó por las escaleras, finalmente cayendo al duro suelo.

Uh.. ese golpe debió doler.

Ni siquiera quise acercarme a ver si había muerto o no, al menos me había desecho de él. Regulé mi respiración, mirando mi cuerpo, preguntándome a mi misma el como diablos yo había hecho eso, si jamás en mi vida había dado una voltereta, ¡Ni mucho menos sabía de dónde mierda había sacado esa fuerza y rapidez!