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Tercer día de la semana, comenzaba a acostumbrarme. Desayuné junto a papá, en un silencio bastante incómodo.

-¿Y como vas?- preguntó al terminar su café.

-Bien- hice una mueca. Me levanté para lavar la taza. -Nos vemos más tarde- me despedí.

Los chicos ya estaban ahí, esperándome como siempre. Después de saludarlos nos encaminamos hacia el colegio. Delante nuestra venía Tomás, caminaba lento y algo cansado, me fue imposible no sonreír, ayer no lo ví.

Cuando llegamos él se fue con Ivo, quien estaba solo. Nosotros hicimos una ronda justo en la entrada, ellos me vieron e hicieron una seña para que me acercara. No lo pensé mucho, comencé a caminar hacia ahí pese a que Nicole dijo algo que no escuché bien.

-Que mala onda tu prima- bromeó Tomás.

-Terrible cara de orto nos puso- acotó Ivo. No dije nada, solo me encogi de hombros. -Estas re linda More- me miró de arriba abajo descaradamente.

Comenzamos a reír, a pesar de que morí de vergüenza en ese instante. El peliverde también lo hizo, asintió dando a entender que su amigo tenía razón.

-Igual te lo digo con la mejor, corte no es de que te tenga ganas o algo así- intentó arreglarla.

-No, está bien- le reste importancia. -Igual gracias- sonreí cual niña chiquita.

Caminamos juntos hasta el aula, tomamos asiento y la mañana empezó.

(...)

-Morena, ¿Vas a la joda?- susurró dándose vuelta para verme.

-Dije que no Tomás- respondí de igual forma, no levanté la vista ya que estaba haciendo el trabajo práctico que nos entregó la profe de inglés.

-Pero van todos- sacó la lapicera de mi mano, lo miré con indignación. -No seas mala, si te aburris podemos irnos- sonrió sin mostrar los dientes.

-No- tomé nuevamente la birome. -Mirá para adelante, no quiero una mala nota por tu culpa- finalicé la conversación.

Éste bufó, agarró mi cartuchera y comenzó a sacar los resaltadores color pastel.

-¿Que haces?- pregunté ya que desordenó todo.

-Voy a pintar mis tatuajes- abrió el color rosa para luego pasarlo por la guitarra de su brazo.

-Dejá eso- ordené.

-Campos y Fernández, ¿Que hacen?- la voz de nuestra profesora retumbó en la sala. -Vos me tenés harta, toda la mañana hablando con ella- señaló a Tomás.

-Que importante- respondió irónico.

-Se van afuera, los dos- exclamó. Abri mis ojos como platos.

-No, por favor- susurré, pero fue en vano. Nos pusimos de pié y nos retiramos.

Al cerrar la puerta, comenzó a reír. Yo tenía un nudo en la garganta, jamás en mi vida me habían sacado del aula.

-Vamos- habló.

-¿Te parece gracioso?- pregunté realmente enojada. -Sos insoportable- crucé mis brazos.

-Si, me parece gracioso, a vos no porque sos una aburrida, ¿Te criaste con monjas?- respondió sin más. Abrí mi boca para responder, pero me dió la espalda y empezó a caminar por el largo pasillo. Rápidamente lo seguí, no iba a quedarme callada.

-No me hables, no me importa- se adelantó.

-Todo es tu culpa, van a llamar a mis papás- agarré su hombro para que me mire.

-No seas tarada, solo nos mandó afuera y después va a hablar con el director- le restó importancia, se safó de mi agarre para seguir su camino.

Caminé en silencio, no iba a quedarme sola. Nos dirigimos al patio para sentarnos debajo del árbol. Ninguno hablaba, solo escuchábamos los autos y nuestras respiraciones.

-¿Querés?- extendió un audífono, lo miré por unos segundos. -Bueno Morena, perdoname no sabía que te importaba tanto estar aplastando el orto ahí adentro- suspiró algo frustrado.

-Te dije que no me molestes cuando estoy haciendo tarea, a mi sí me importa la escuela- apoyé mi cabeza en el tronco, mirando hacia arriba.

-Sos un embole- susurró. Lo miré con cara de pocos amigos, pero solo rió. -Tenes que vivir la vida, después te vas a arrepentir- se encogió de hombros.

-¿Y que es "vivir la vida" para vos?- puse mis ojos en blanco.

-Salir de joda, ranchear con amigos, ponerse en pedo, en mi caso también las drogas y dejame decirte que la escuela no entra en lo más mínimo- respondió.

-Prefiero seguir siendo una monja antes que una quebrada- bufé.

-Yo no soy un quebrado- fruncio el ceño.

-No, obviamente no- hablé sarcástica.

-Te juro que para fin de año vas a empezar a vivir la vida- sonrió.

-Te juro que para fin de año no vamos a hablar- respondí.

-No te la creés ni vos More- se puso de pié.

-Morena- corregi. -¿Te vas?- pregunté y que comenzó a alejarse.

-Ya sé que es lindo tenerme cerca, pero es cambio de hora y si no entramos antes que el profe sí van a llamar a tus papás- desapareció por la puerta y rápidamente lo seguí.

-Más te vale que no me hables- amenacé.

-Hago lo que quiero- sacó su lengua.

-Cinco años tenés- comenzaba a ponerme de mal humor.

-Y vos nisiquiera naciste- levantó el dedo del medio. Trague saliva para no lanzarme encima y golpearlo.

Al llegar la risa de Ivo se hizo presente.

-Cerra el orto- me senté a su lado.

-¿Hicieron cochinadas?- preguntó divertido.

-No amigo, si las monjas no cojen- miré a Tomás en cuanto dijo eso. Los dos inadaptados rieron para acto seguido chocar puños.

Ahora sé porqué Nicole no lo aguanta, es un idiota. Los ignore lo que restaba del día, provocaron lo peor de mí, en serio no quería ver sus caras.

Ya me encontraba de regreso a casa, tuve que volver sola ya que los demás tenían educación física. Sentía unos pasos detrás mío, sabía que posiblemente era él, así que caminé un poco más rápido.

-¿En serio no me vas a hablar por esa pavada?- preguntó elevando un poco la voz. -Estas haciendo voto de silencio, te entiendo- volvió a hablar ya que no respondí. Sonreí ante su comentario, pero no me gire.

Sus pasos adelantaron el ritmo, ahora estaba justo a mi lado.

-Bueno como tengo que llamarte, ¿Madre, hermana, novicia?- bromeó y se me hacia muy difícil mantenerme seria. -Dale Morena, ya te pedí perdón- me empujó suavemente.

-¿No entendes que no me caes bien ni tampoco quiero tener relación alguna con vos?- pregunté mirando hacia delante.

-Si te caigo bien- rió. -Aparte ni que hubiera sido tan malo, esa materia es un embole... Como vos- siguió hablando.

-Chau Tomás- respondí en cuanto llegamos a la esquina de mi casa. No pensaba seguir discutiendo lo mal que me caía.

-Cuidate- se despidió amable. Aún no sabía en donde vivía, pero creo que es cerca.

Todo me resultaba extraño, una parte de mí quería saber cómo era él personalmente, mientras que la otra prefería basarse en lo que los demás decían. Me estaba volviendo totalmente loca.


































HOLIS🤗

No es de lo mejor, pero algo es algo:)

•Complicado•// C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora