taste | 48

3.2K 182 35
                                    

48: go!

—¿Crees que luzco guapo? —le preguntó el pelirosa, tirando de su delgado cuerpo para tenerlo pegado al suyo, considerablemente más musculoso. Él sonrió pero negó con la cabeza, envolviendo su cuello con los brazos tiernamente—. ¿No?

—Luces perfecto —contestó en una voz realmente suave, como si hubiera usado su último aliento para decirlo. Y, aunque aquella no fuera la voz que acostumbraba a escuchar su novio, era su favorita. La que salía cuando tenían un momento tan intimo como éste.

—Me veo ridículo.

—Nada de eso. En cuanto bajemos, un montón de zorras se pegarán a ti... Espero que vayas a visitarme a la cárcel entonces, Nana —ronroneó en medio puchero falso al final, entrometiendo una de sus piernas entre las del otro con coquetería. Jaemin alzó una ceja entretenido, y sus manos viajaron automáticamente para acunar las nalgas del mayor sin pudor alguno.

—Ahora quiero verte con un pequeño y sexy trajecito naranja —gruñó, una sonrisa torcida bailando sobre sus rosados labios mientras ojeaba indiscretamente los del otro con deseo obvio—. Promete que usarás pronto uno para mí, anda.

—Eso sí que es ridículo —rió Renjun.

—Hey, no puedes criticarme. Yo dejé que tú–

—Y yo te lo agradezco mucho, idiota, pero deja de repetirlo todo el tiempo —le dio un golpe en el hombro y rodó los ojos, sin embargo Jaemin pudo notar que tenía las mejillas coloradas. Él se veía muy lindo con sus cachetes sonrosados, por lo que Jaemin no se cortó para acercarse un poco y tirar levemente de la piel de su pómulo con los dientes, a lo que Renjun ni se quejó.

—Lo haría de nuevo con gusto... —se relamió los labios, y distinguió cómo Renjun tomaba algo de aire y lo botaba tembloroso. No dijo nada, pero sabía que poco a poco lo estaba excitando. Su pequeño novio tenía un libido bastante amplio, eso le gustaba mucho.

Le gustaban mucho muchas cosas de su pequeño y bonito novio.

—Me alegro... —murmuró, apegando ligeramente sus entrepiernas todavía dormidas sin poder evitarlo. No creía que pudieran tardar mucho en despertar si seguían por estos caminos, mas aquello sería contraproducente. Tenían que espabilarse ya— pero en serio hay que bajar. Jeno me dijo que no tardarán en llegar, así que... Ya sabes.

—Sí —bufó y se alejó de Renjun, el ambiente por completo arruinado aunque fuera necesario. Pasó ambas sus manos por su rostro, refregándolo con pesadez, mientras daba unos pasos más hacia atrás y se recostaba de la pared. Su novio se le quedó viendo con simpatía, y dejó que se preparara mentalmente por un rato—. ¿Crees que hoy vaya a verlos besarse...?

Renjun suspiró, y entonces volvió a acortar la distancia entre ellos para posarse frente suyo y pasar uno de sus despeinados mechones detrás de su oreja— No lo sé, lindo. Es probable.

—... entiendo.

Su cabeza se inclinó hacia el toque dulce del mayor, y él comenzó a acariciar su mejilla con cariño mientras con la otra mano le tomaba la mandíbula para que dejara de verse tan decaído. Hicieron contacto visual, y al instante Jaemin unió sus labios castamente. Renjun le sonrió con seguridad, buscando transmitirle algo de eso.

—Será algo bueno, Nana, te lo prometo. Por algo estás haciendo esta fiesta, es lo que dijimos... No dejes que te amargue, ¿sí? —le pidió, sus ojitos brillantes suplicando como pocas veces hacían. Jaemin asintió sin estar totalmente convencido, mas los dos sabían que así sería al menos por un tiempo.

Taste || Lee JenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora