Capítulo 7

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El viernes llegó más rápido de lo que Jimin fue capaz de prever. Todos sus cuatro cachorros tenían prácticas deportivas esa tarde (en el caso de Eun su curso de cocina) y él siempre trabajaba hasta el turno nocturno.

Después de la reunión del martes con el alfa, había renunciado inmediatamente a su segundo trabajo, dejando solamente sus mañanas en la panadería y los trabajos escolares extra.

Gracias a ello, se podía dar el lujo de tomarse un descanso por primera vez en siete años, por lo cual se encontraba acostado en su cama, mirando el más reciente drama televisivo.

— ¡No puedes amarlo Go-eun! ¡Te lastimará! — le gritó a la protagonista, dando un bocado a la galleta de chocolate que tenía en su mano.

El timbre sonó, interrumpiendo con la sarta de consejos que le estaba entregando a la chica. Salió de la habitación sin darse una sola mirada en el espejo. Abriendo la puerta, sin asegurarse quien se encontraba al otro lado.

— ¿Jimin? — preguntó el alfa viéndose desconcertado ante la vestimenta del omega. Su lobo despertó como si le hubieran lanzado un hueso.

Su corazón se agitó ante las mejillas abultadas llenas de chocolate, el cabello castaño desordenado, el gran suéter raído y los pantalones anchos. Si no estuviera tan distraído tratando de suprimir su olor, podría jurar que aquel jersey era el que llevaba en la universidad.

El menor se sonrojó en el instante en que se percató quien era. Yoongi se veía perfecto en su traje negro, mientras el parecía sacado de una mala película romántica.

— No te esperaba tan pronto — susurró avergonzado — Me cambiaré para irn-

— Puedo esperar — aseguró el alfa, tratando de calmar a su lobo y su corazón — Tengo toda la tarde.

Jimin asintió con la cabeza y se dirigió al dormitorio. Mientras se cambiaba, por unos jeans ajustados, algo raídos por el uso, una camisa blanca con una camiseta de leñador encima, se preguntó cómo es que había cedido tan fácil. En tan solo una semana, el alfa ya lo tenía casi comiendo de la mano.

— Maldito seas — susurró irritado ante el descubrimiento. No podría borrar siete años de dolor y abandono tan rápidamente, pero él, al igual que sus cachorros habían sido deslumbrados por el efecto Min Yoongi, en tan solo horas.

¿Qué tenían los malditos alfas que cada vez que proveían seguridad a sus familias, hacían que todos cayeran a sus pies?

Dejó la habitación con un pequeño gruñido ante el espejo. No se esforzó mucho en arreglarse, al final no iba para una cita, sino para lo que implicaría un tedioso e insufrible periodo de mudanza.

— Listo — bufó llegando a la sala.

Yoongi percibió el tinte amargo en el olor de Jimin, decidiendo no hacer ningún comentario.

— Iremos en mi auto, elegí tres departamentos que creo son adecuados para sus necesidades, podremos adecuarlos a nuestro gus-

— No — le cortó Jimin — Yo iré en mi auto, te seguiré — Yoongi frunció la nariz, luciendo como un gatito — La decoración está a cargo de los cachorros, deberían ser ellos quienes elijan sus habitaciones y lo que quieren en ellas — finalizó sin dar espacio a reproche, saliendo apresurado.

El mayor le siguió desconcertado por el cambio, sintiéndose idiota porque ilusamente creía que el omega por fin lo estaba disculpando, realmente no buscaba su redención, sólo quería que el omega no le odiara y le hablara con tanto dolor.

Media hora después se encontraban en el primer departamento que Yoongi había elegido. Jimin revisaba atentamente, los tomacorriente, las bisagras, la estufa y los bombillos. Todo aquello que podría poner en peligro a cuatro cachorros revoltosos.

Por su parte Yoongi se alejaba con una mueca de la beta que trabajaba para la inmobiliaria. La mujer no paraba de darle miradas sugerentes y de lograr toques incómodos, cada que se estiraba para señalar algo.

— Y aquí puede observar el balcón principal, podría tener una mesa para asados y tardes con los niños, se articula perfectamente con la sa-

— No me gusta este apartamento — interrumpió Jimin.

La mujer le miró con una ceja levantada. — Le estaba mostrando al Señor Min que es-

— Son mis cachorros los que vivirán aquí y le estoy diciendo que no me gusta. No hay mucho espacio para bicicletas y la zona de lavado es muy reducida ¿Sabe usted cuánto ensucian cuatro cachorros?

La mujer parpadeó repetidas veces viéndose desconcertada, entre tanto Yoongi sonreía ante la actitud de Jimin.

— Además los techos son muy bajos, cualquier travesura podría implicar bombillas rotas, las ventanas no tienen seguros y llegan hasta el suelo.

La beta le miró con el rostro ceñudo. — Señor Jimin — carraspeó — Entiendo sus preocupaciones pero es el Señor Min quien de-

— Jimin dijo que no le gusta el departamento entonces debemos buscar otro — aseguró el alfa, divertido al ver la irritación de la beta.

Después de una tarde llena de quejas y refunfuños, Jimin entraba al departamento con algunas compras del supermercado cercano y Yoongi caminaba resoplando detrás.

— Sigo sin entender porque ninguno te gustó...

El menor dejó las compras sobre la mesa y se giró hacia él, poniendo las manos en jarra sobre su cintura.

— ¿Esperas que arrastre a mis cachorros fuera del que ha sido su hogar por doce años y no me ponga exigente? Cuando Haeri cumplió seis años, destruyó un interruptor con el que Eun casi se electrocuta — suspiró — Minyoon rompió una zona del techo del estudio practicando para las pruebas de ingreso al equipo de basketball. Daehyung quemó el último extractor y tuve que remodelar toda la estufa.

Yoongi le miró aterrado. Sus cachorros no eran tan... no podían ser tan...

El castaño rió. — Veo que todavía no entiendes que en realidad son cuatro cachorros revoltosos. Solo espera a saber que si alquilamos un primer piso, Daehyung acabará escapando por la ventana para irse a la casa de Naeyon, Haeri dejará entrar perritos callejeros a escondidas y Eun llenará los vidrios de figuritas.

El mayor tragó sonoramente. Como le diría a Jimin que estaba planeando un fin de semana en la casa de campo él solo con sus tres cachorros... ¿Sobreviviría? 

¡Mis pequeños saltamontes! Perdón la tardanza (。>﹏<。) He estado ocupada. ¡Lo siento tanto! En compensación tendremos dos capítulos más. ¡Un abrazo! Rían sin moderación, nos leemos al rato. 

Mistakes «Yoonmin» - Omegaverse -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora