Presidente enamorado

Capítulo 75

Chu Cheng llevó a Ji Qingzhou al supermercado de membresía, porque estaba un poco lejos, dos personas comprando tomaron un tiempo, salieron del supermercado cuando ya eran las 5:30.

Debido a que el estacionamiento subterráneo estaba lleno hoy, el automóvil de Chu Cheng estaba estacionado un poco lejos, las dos personas solo tenían que llevar la bolsa hacia el automóvil.

"Si lo hubiera sabido antes, no habría venido aquí". Chu Cheng dijo: "Ni siquiera hay espacio para estacionar".

"Es San Valentín, es normal. Después de todo, aquí hay un gran centro comercial". Ji Qingzhou trató de consolarlo.

Chu Cheng se quedó sin palabras, pensó que los festivales y cosas por el estilo eran realmente los más problemáticos.

Mientras pensaba esto, escuchó a una niña preguntar: "Hermano, ¿quieres comprar flores?"

Chu Cheng miró a la niña que apareció de la nada frente a él, se rió y negó con la cabeza, "No quiero comprar".

La niña vio que él no estaba interesado, así que tomó la canasta y se acercó al lado de Ji Qingzhou y le dijo: "Hermano, compra una flor, hoy es el día de San Valentín, puedes dársela a la hermana que te guste"

Cuando Ji Qingzhou vio que era joven y linda, sus ojos brillaron y preguntó: "¿Cuánto cuesta?"

Cuando Chu Cheng lo escuchó, se sorprendió y preguntó: "De ninguna manera, ¿realmente lo vas a comprar?"

"Es solo por la festividad". Respondió Ji Qingzhou.

La niña vio que estaba listo para comprar, y después de decir el precio, sacó una flor de la canasta, y luego sacó otra flor, murmurando: "Uno para el corazón y la mente, dos para la pareja, tres para la fortuna de tres vidas... nueve, perdurable, hermano, debes comprar nueve, para que sea duradero"

Chu Cheng sintió que esta niña tenía bastante potencial traicionero, "Hermanita, ¿sabes que la codicia no es suficiente para que una serpiente se trague un elefante?"

Esta niña se veía como si solo tuviera cinco o seis años, ¿de dónde sabía todo eso? Lo miró con ojos grandes y brillantes y le preguntó: "¿Qué significa eso?"

"Es solo que está tan entusiasmada que probablemente no podrá vender ni siquiera la última".

La niña hizo un puchero de angustia por la noticia, y cuando Ji Qingzhou vio eso, dijo impotente: "Es una gran fiesta, no te burles de ella".

Miró a la niña frente a él y le dijo: "Entonces compraré nueve, ¿de acuerdo?"

La niña se alegró al instante, asintió con la cabeza y respondió: "Mmhmm, escanea este código, echaré un vistazo después de que lo escanees".

Ella dijo, sacando un letrero de código QR de la canasta, y tan pronto como Ji Qingzhou sacó su teléfono de su bolsillo, vio que Chu Cheng ya había escaneado el código antes que él y pagado, y también mostró la interfaz de pago a la niña frente a él.

"¿No lo estaba comprando yo?" Preguntó Ji Qingzhou.

Chu Cheng se volvió para mirarlo y dijo con naturalidad: "¿Cuándo te he dejado pagar por algo frente a mí?"

"¿Entonces esta flor?"

"Tómala, la quieres, ¿no?"

Ji Qingzhou estaba atónito, la niña ya había recogido las flores, las había envuelto en papel y las ató con un lazo en el exterior, tocando su mano, "Aquí tienes hermano, tus flores".