Fuera, Iero.

260 44 62
                                    

Las semanas siguieron pasando y la rutina era la misma de siempre. Todo era aburrido, a excepción del momento que volvía a casa.

Todas las mañanas me despertaba y ayuda a Bandit alistarse, para luego ir a buscar a las gemelas Iero e irnos los cuatro al colegio. Al paso de las horas, Frank iba por ellas y se iban a casa. Finalmente, terminaba mi jornada e iba con mis personas favoritas.

Con el chico que me traía en las nubes, aun no oficializamos nuestra relación ya que coincidiéramos que deberíamos conocernos un poco mejor e ir preparando a las niñas. Sin duda alguna, quería convertirme en su novio, dormir a su lado cada noche, irnos de vacaciones.

Pasaba la gran parte de mi día pensando en el brillo de los ojos de Frank y me sentía mal por todos esos amantes que creían estar bien, ya que la relación que tenemos superaba todo eso. Amaba el rumbo que tomaba todo esto.

Por fin, sonó la campana y eso significaba lo mejor: no más clases por el días.

-Nos vemos chicos. -Dije mientras tomaba mi maletín que traía barras de cereal, un sándwich de hace unas cuantas semanas y un delantal para no mancharme con pintura.

-Maestro Way. -Dijo la típica voz irritante que venía agobiándome hace días- Necesito hablar con ustedes.

-¿Que quieres, Chloe? -Pregunté mientras me alejaba un poco de la chica, pues al parecer no sabía lo que era espacio personal. Espere que todos los chicos se fueran del salón para poder hablar otra vez-. Rápido, necesito ir a casa.

-¿Por qué? ¿Acaso lo espera ese chico del bar? -Preguntó incrédula. Siempre ame y creí que tenía vocación para este trabajo, pero realmente esta chica me irritaba demasiado.

-Porque tengo una hija que cuidar, Chloe. -Respondí y caminé hasta la puerta esperando que no dijera nada más, pero para mi mala suerte no fue asi.

-Recuerdo que usted me debe una cita.

-No te debo nada. -Hable mientras intentaba calmar mis deseos de gritarle e irme-. Soy tu maestro y tu eres mi alumna. No debería porque salir con ustedes.

-¿Y quien era ese chico?

Maldita niña entrometida.

-No es de tu incumbencia y si me disculpas, iré a cuidar a B.

Camine por los pasillos de la escuela hasta llegar al salón de maestros para poder marcar mi tarjeta de asistencia.

-¡Hey, Way! -Dijo Ray, el maestro de música mientras observaba su celular con angustia-. ¿Sabes donde comprar sandías en pleno otoño? Christa no para con los antojos.

-Mh... Yo creo que tú única opción es contratar un mago y que haga aparecer una. -Comenté riendo-. O simplemente comprar algún jugo de ese sabor.

-¡Gracias hermano! -Sonrió de oreja a oreja y caminamos por los pasillos para poder salir del establecimiento.- ¿Te sentías listos antes de que naciera Bandit?

-Para nada. -Ray y su pareja tendrían un bebé en un par de meses. Pocos sabían de la noticia ya que mi amigo era una persona tanto reservada con su vida personal. Solo sus más cercanos sabían todo.- Sentía que iba a ser un padre terrible pero luego se te hará más fácil de lo que crees.

-Christa está emocionada por que nazca y yo solo pido que se quede unos meses más ahí dentro. -Reí ante su comentario ya que pase por exactamente por lo mismo.

-Luego no querrás soltarlo.

Nos despedimos rápidamente y me dirigí a casa pero sin antes pasar por una tienda de productos veganos para comprarle un chocolate a Frank.

Desde la entrada del edificio pude escuchar los gritos del arrendador del lugar. Subí rápidamente y me encontré con una situación un tanto incómoda.

-¡Ultimas vez que te lo digo! -Gritó el hombre obseso mientras empujaba a mi Frankie con uno de sus dedos.- ¡Fuera de mi maldito edificio, Iero!

-¡Por favor, señor Wilson! -Dijo Frank en un grito pero está vez de súplica-. Ya le dije que mi esposa me dejó y ya no tengo trabajo. ¿Cómo quiere que viva con mis hijas? Lo poco que me queda de dinero es para poder comprar comida.

-¡Oh Iero! Ese no es mi puto problema. -Nunca me agrado este gordo-. Una lástima que te hayan dejado con tus hijas pero ya me debes 7 meses.

-¿¡Siete!? -Gritó Frank. Esta situación no me gustaba para nada. ¿Acaso es legal echar así a alguien?- Pero le entregue el dinero a Jamia para que se lo diera.

-Pues no lo hizo. Mira, no te cobraré nada si te vas. -Respondió mientras se alejaba.- Mañana en la mañana me entregas las llaves y el departamento vacío o llamaré a la policía.

El tatuado se derrumbó en la entrada de su departamento y comenzó a llorar tan fuerte que mi corazón se partía de tan solo escuchar su agonía. Él abrazaba sus rodillas y al parecer no me vio llegar ya que no me dirigió ni una mirada.

-¿Frankie? -Susurré y me senté a su lado. Pose mi brazo sobre su espalda para poder acariciarla pero Frank me abrazo con fuerzas y se acurruco en mi pecho.

-¡No tengo donde vivir, Gee! -Dijo algo agitado y con una voz desgarrada. Mi corazón de abuela se rompía y ahora era mucho más al ver al hombre que amo.- ¡No se que hacer!

-Mi vida, todo estará bien. -Susurré nuevamente mientras besaba su cabeza y acariciaba sus brazos. No dejare a Frank solo, mucho menos en estas situaciones.- Te dije que juntos podríamos solucionar todo.

-¿Pero donde viviré con las niñas? -Preguntó al separarse de mi. Vi sus ojos llenos de lágrimas, lo que me provocó una especie de ternura y un sentimiento de vacío. Quería llorar con él pero debía ser más fuerte para poder apoyarlo.- En ningún lado me dan un trabajo. No tengo estudios y solo he tocado en bares.

-Bebé, vivirán conmigo todo el tiempo que necesiten. Incluso puedes quedarte para siempre conmigo... si es que tú quieres.

Frank seco sus mejillas y su húmeda nariz con mi camisa, específicamente con el sector de los hombros.

-No tienes ni idea como me encantas. -Susurró tomando con sus manos mis mejillas. Él tatuado deposito un pequeño beso, como lo hacía cada vez que nos veíamos pero esta vez se sintió distinto. Creo que pude sentir cada diminuta célula de su piel en mi y al fin, en mucho tiempo, me sentí amado.

-Llevemos tus cosas a nuestra casa, ¿si?

Frankie asintió con una sonrisa y aun derramando algunas lagrimitas de rata.

Vecinos | Frerard |Where stories live. Discover now