Soy un asco.

197 28 31
                                    

(...)

El día más temido por Gerard, ha llegado.

Frank parecía estar más feliz que los días anteriores. Volvió a sonreír, a ser cariñoso con su novio y a jugar con las niñas. Todo parecía marchar perfecto en sus vidas.

Chloe había anotado su número telefónico en el celular de Gerard por cualquier inconveniente que tuvieran. Ella lo estaría esperando a las 8 en un restaurant en el centro de la ciudad y el chico de ojos verdes se rehusaba a cancelar, sino tendría las peores consecuencias que podría imaginar: él y su Frankie serían despedidos, ninguno tendría trabajo para sostener una vida y mucho menos tres más.

Gerard prefirió no contarle las cosas a su novio, pues no quería alterarlo y mucho menos que volviera a estar como los días anteriores. Su plan era fingir estar estresado y poder tener una escapatoria como hace unos días.

Frank preparaba la cena mientras pensaba en Gee. Hacia la comida favorita del chico con ojos verdes en forma de disculpa, debido a su estupido show de inseguridades. Con el paso de los días, entendió cuánto lo amaban y que no debía sentirse así ya que Gerard no era como Jamia.

Pero ese pensamiento de amor y tranquilidad, cambió en menos de un segundo cuando vio al Way en la entrada de la cocina. Estaba arreglado, usaba ropa sutil pero elegante y estaba perfumado. Se veía que estaba listo para salir a una cita.

-¿Qué haces, bebé? -Preguntó Frank fingiendo indiferencia.

-Emh... nada. -Suspiró Gerard, se sentía horrible al tener que engañar así al humano que más amaba en esta vida-. Estaba un poco estresado y no lo sé... quizás salga a caminar por unas horas.

-¿Ah si? -Frank pudo oler su mentira. Ya sabía leer a su novio y sabía que algo andaba mal, pero sentía que él no era nadie para prohibirle sus cosas. Sabía que si realmente lo estuviera engañando, tendrían que hablar pero Frank no estaba listo para eso. Él se aferraba a su novio, con tanta fuerza que no quería dejarlo ir de su vida.- Entonces ve y diviértete.

-Creo que tienes razón, gracias lindo. -Gerard se acercó e iba a depositar un beso en los labios del tatuado pero alejo su mirada y le acercó su mejilla.

Al momento que Gee salió, Frank sintió cómo su mundo se derrumbaba repentinamente. Le sirvió comida a las niñas y se encerró en la oficina de su novio para poder escapar de sus pensamientos con su música. Amaba componer en sus peores momentos.

"Es muy raro que esté sintiendo emociones, ahora irradian de mis extremidades y me prenden fuego. Fue un mal sin solución. Fuiste mi remedio, y me arruinaste..."

Por otro lado, Gerard se dirigía lo más rápido posible al restaurant acordado. Lo único que quería era estar con Frank y poder comer la delicia que estaba preparando, pero la vida no era tan buena siempre. Tenía que esforzarse para pasar un rato con la chica rubia e invertirlos para una vida mejor. Este era el último año escolar para Chloe y eso calmaba un poco más a Gee.

Al entrar al restaurant, pudo ver a su alumna con un vestido rojo que acentuaba sus curvas y unos tacones negros para verse con más estilo.

-Aquí vamos, completo idiota. -Murmuró a si mismo y se acercó hacia la chica, quien lo esperaba con una gran sonrisa y ojos coquetos.- Hola.

Chloe esperaba seducir a su maestro y trataría de hacerle entender que ella podría ser mejor que el inútil que solo sabe tocar la guitarra, pero para Gerard, no había alguien mejor que Frank.

-Hola Gerard... -La chica se sentía sexy al hablar con suspiros, mientras que para el pelinegro era innecesario e incluso, muy forzado- ¿Cómo esta tu novio?

-No hablemos de él... ¿si? -Contestó el Way mientras veía la carta, en la cual veía pura basura. Finalmente se decidió en pedir una lasaña vegetariana.- ¿Cómo has estado? Después del otro día...

-Bien...

Mientras Chloe hablaba y le contaba prácticamente toda su vida, Gerard se sentía abrumado y vacío al no estar con Frank. La tierna cara del chico lo hacía sentir en paz y armonía, no como su alumna, quien lo estresaba a cada segundo.

Con cautela, la alumna del Way tomaba algunas fotos para probarles a sus amigas que el maestro estaba rendido a sus pies. Todo el mundo la aclamaba por eso, pero sabían que deberían ser discretos, o más bien estaba obligados por la rubia.

Al mismo tiempo, Frank seguía derramando lágrimas en el estudio de Gerard mientras la amargura recorría su cuerpo. Él veía sus cosas y no lograba comprender como un hombre podría ser talentoso. Iero sentía que su novio lo tenía perdidamente enamorado y eso se traducía en debilidad. 

Decidió en escribirle y tenía dos opciones: si le respondía rápido era porque sólo fue a caminar pero si no era así, realmente lo estaba engañando.

Frank comenzó a pensar si Gerard hacía esto como un gesto de caridad y que quizás jamás le gustaron los hombres.

-Soy un asco. -Pensaba la pareja al mismo tiempo pero en distintos lugares. Frank se sentía así porque pensaba que nada le salía bien; mientras que Gerard, sentía que derrochaba tiempo charlando con una alumna loca en vez de estar con su novio.

El pelinegro despeinado recibió el mensaje de su novio y le sonrió a su celular, comenzó a escribir pero antes de enviarlo, Chloe lo tomo y lo guardo en su bolso.

-¿Qué te ocurre? -Preguntó Gerard alterado.

-Estamos en medio de una cita... no puedes hacer esas cosas. -Regañó su alumna mientras pensaba que jamás podría con el enano de música. Debía buscar otro plan para separarlo y así, poder quedarse con Gerard Way, el nombre que hacía que se estremeciera al escucharlo.

Gerard se limitó a solo charlar y deseando que la pesadilla termine pronto.

Vecinos | Frerard |Where stories live. Discover now