Capitulo 23

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Felices fiestas!


Fred y George se impusieron la tarea de informar a su hermano pequeño de otra madre todos los acontecimientos que estaban ocurriendo en Hogwarts.

Desde la sorpresa de todos los estudiantes y maestros cuando el director anunció luego de que ninguno viera al famoso niño que vivió y sus amigos más cercanos en el tren, los carruajes o la estación.

La notica había eclipsado por completo el anuncio del nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras, Dolores Umbridge, quien también había dado un discurso inquietante para todos aquellos que sabían leer entre líneas.

Ambos gemelos se encargaron de hacerle la vida imposible a la nueva profesora desde el primer día, importandoles poco las consecuencias que tendrían por sus actos.

Filius Flitwick fue el único profesor que no se sorprendió ante la noticia del director sobre inasistencia del grupo de amigos del último Potter e ignorando la falta de las gemelas Patil, las hermanas Greengrass y la señorita Bones, al igual que la falta de Severus Snape.

Esa fue la razón por lo que después del banquete de bienvenida, todos los profesores se reunieron en la oficina del director.

Minerva fue la primera en hablar considerando que fue su casa donde faltaban más alumnos.

— ¿Qué fue lo que sucedió Albus? ¿Por qué razón me faltan cuatro de mis leones? – habló con su seño fruncido la maestra de transformaciones.

— No eres la única a la que le faltan alumnos Minerva. – dijo Filius. — La señorita Patil y la nueva duquesa de Gaeta no regresaron este curso.

Filius tenía una teoría sobre ella desaparición de su alumna favorita y los tres Gryffindors, pero no tenía idea de las razones por las que las gemelas Patil hubieran desaparecido.

— Susan Bones tampoco regresó este año. – dijo Pomona, la jefa de casa de los tejones. — Sin contar el hecho de que Severus no está aquí y faltan dos estudiantes de la casa Slytherin.

— Es más que claro que ninguno de ustedes tiene control sobre sus alumnos, hay 8 alumnos que no regresaron a clases, un suceso nunca antes visto en la historia de Hogwarts. – habló Umbridge burlándose de todos los maestros. — Está es un de las muchas razones por las que el ministro me envió, el colegio Hogwarts de magia y hechicería necesita un cambio y pronto o la sociedad colapsará por falta de control. Le recuerdo director que el ministerio tiene el poder de asignar un maestro adecuado...

— Solo en caso de que no encuentre uno, lo recuerdo muy bien Dolores. – dijo con sequedad el director. — Pienso que considerará adecuado al próximo profesor de pociones, Horace Slughorn aceptó amablemente dejar su retiro y llegará mañana listo para enseñar, incluso envió con anticipación su programa de estudios que acepté encantado.

— Veremos. – chilló la bruja ocasionando un dolor de cabeza a la mitad de los maestros reunidos.

— Considero una lastima que la señorita Lovegood dejara la escuela. – comentó suavemente Bathsheda Babbling, la profesora de runas. — Tenía un don natural en mi materia.

Filius suspiró profundamente prometiendose a si mismo escribirle una carta a Harry, el hecho que desaparecieran tan de repente luego de todo lo que el pelinegro le había contado era más que obvio que el director tuvo algo que ver en la decisión del último Potter y más considerando que su ahora esposa lo apoyó en ello siendo la rubia la más sensata era algo más de lo que se podía decir en una carta.

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Jadeos, gemidos, respiraciones entre cortadas y cansancio, era lo único se escuchaba.

Estaban cansados, sus cuerpos adoloridos y se quejaban fuertemente por cada paso que daban.

Hechicero SupremoWhere stories live. Discover now