Parte 5 Te espero en el borde del abismo

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—¿Don... dónde queda el borde del abismo? —Draco tomó la gruesa muñeca de Ron mientras este lo acomodaba en la cama de paja.

Observó el rostro de palidez cadavérica, se arrodilló para tocar la caliente frente que estaba empapada de sudor.

—Está delirando —respondió Harry preocupado.

Ron asintió.

—Mi señor, debo traer un cuenco con agua y paños para mojarlos y tratar de bajar la fiebre.

Harry asintió sin dejar de mirar al príncipe.

—Necesito llegar al borde del abismo —suplicó Draco quien se aferró al brazo de Harry, pero los ojos del príncipe estaban perdidos en el sopor de la fiebre.

Harry tomó suavemente la mano del príncipe.

—Estamos cerca, Draco, aguanta —Harry respondió piadoso.

Ron llegó con el cuenco y varios paños en sus hombros.

—Mi señor, hay que desvestirlo y humedecer el cuerpo para tratar de bajar la fiebre.

Harry le miró con desconfianza.

—¿Estás seguro que no enfermará más?

—He cuidado a mis hermanos y mi madre así nos baja la fiebre, Harry hagámoslo, no hay mucho que perder.

Harry algo renuente ayudó a desvestir al joven príncipe.

Poco pudieron hacer para disimular su asombro al descubrir los dos hombres las marcas inconfundibles de látigo que surcaban por la pálida espalda del muchacho. Eran muchas las cicatrices que marcaban aquella carne joven y delicada.

Harry apretó la mandíbula maldiciéndose por haber juzgado a Draco calificándolo como un niñito altivo y soberbio.

Con delicadeza acomodaron otra vez a Draco.

—Pasa los paños con cuidado —ordenó Harry mientras se hacía a un lado.

—Las marcas... —dijo Ron tratando de hacer un trabajo eficiente.

—Lucius Malfoy es un bastardo hijo de puta —expresó Harry duramente.

Ron negó pesadamente con la cabeza.

—El muchacho también ha tenido su cuota de mierda con Lucius.

Harry se apoyaba de un pie a otro.

—Malfoy no es más pendejo que yo —con fuerza, apartó la tela que cubría la casa de acampar improvisada y salió lleno de impotencia e ira consigo mismo.

Cuando Ron terminó de cubrir adecuadamente al príncipe moribundo, siguió a Harry.

—No soy un santo, pero nunca he dado un castigo que no se merezca —continuó Harry.

Ron rascó su barba.

—Pero juzgaste a este chico y lo rechazaste públicamente.

Harry observó intensamente a Ron quien no bajo la mirada.

—Lo hice, no soy diferente a Lucius Malfoy.

Ron palmeó el hombro de Harry.

—Eres diferente, Lucius es un bastardo con toda la intención y tu fuiste un pendejo por ignorancia, todos juzgamos sin conocer, todos somos jueces. Lo que te hace diferente es que ahora puedes hacer lo correcto con él, conocerlo de verdad. Tal vez puedes empezar por dejar de llamarlo niño, es claro que tiene los suficientes huevos para derrotar al rey de los dragones. —Ron trató de aligerar la tensión de Harry.

DRACO, DESCENDIENTE DE LAS HADASWhere stories live. Discover now