Me gustaba contemplar ese hermoso cabello color café de las mañanas, despeinado pero perfecto. Dos hermosas esferas color cielo y esa cálida sonrisa. Un juego de miradas discretas nos invadía cada tarde a la misma hora, mientras que la gente se retiraba del aula. Nos acompañaba la fiel soledad, aquella silenciosa aunque agradable amiga, tú dormido con los audífonos puestos y yo torturando a mi sueño con problemas de Álgebra. ¿Quién pensaría que en una de esas vacías tardes de invierno me dirías "hola"? ¿a mí? ¿a la cerebrito?...creo que nadie.
27 parts