Rude [Drarry/Harco]

Mundo Muggle.

Draco a veces se cuestionaba cómo su esposo lo convencía tan rápido de hacer algunas cosas, era como un superpoder que Harry tenía sobre él; primero lo había convencido de mudarse al mundo muggle, segundo lo había convencido de que el apellido Potter fuera antes que el suyo y ahora lo convencía de utilizar ropa muggle. Vestía con unos jeans azules claros, rotos de las rodillas, una camisa blanca que llevaba escrito en ella "Potter" y unos zapatos Vans negros con blanco.

-La ropa muggle te queda muy bien, la verdad. -Dijo su esposo viéndolo mientras sonreía. Harry por otra parte llevaba unos jeans casi iguales a los de él sólo que estos estaban más rotos en la parte superior de la rodilla, y la camiseta llevaba escrito "Malfoy".

-Lo sé. -Respondió con egocentrismo viéndose en el espejo mientras sonreía altanero. Harry rió, y negó levemente con la cabeza. Todo era paz y armonía, hasta que escuchó unos pasitos subiendo por la escalera, acompañados con una risita traviesa.

-¡Papá Dray, papá Hazz! -Cissy los observaba sonriendo impaciente desde el marco de la puerta; ella iba vestida a juego con ellos dos, pero sus jeans no estaban rotos y su camisa decía "Family" ; en conjunto las tres camisas formaban las frase "Family Potter Malfoy" que había sido un regalo de Hermione para la navidad anterior. Harry caminó hasta el marco y agarró en brazos a la niña de seis años.-¿Ya nos vamos?

-Cissy, cálmate. -Dijo Draco mientras peinaba los rebeldes cabellos de su hija. Ese día iban a ir al mundo muggle para una salida familiar, según Harry irían a comer hamburguesas, helado y al cine; y Cissy era la más impaciente.

-Cissy ve abajo y trae las gomitas que están en la alacena, por favor. -Dijo Harry para darle alguna forma de distraerla, las gomitas siempre eran la solución. La niña asintió efusivamente con la cabeza antes de salir hacia la cocina. Cuando la niña ya había bajado las escaleras, Harry se aproximó hacia él y beso sus labios suavemente, al principio sólo un ligero roce, pasó sus manos sobre los hombros de Harry y lo acercó más hacia su cuerpo, eliminando la corta distancia entre ellos.

-¡Ew! -Exclamó Cissy entrando a la habitación mientras se tapaba los ojos con sus dos diminutas manitas. Ambos adultos rieron separándose. Draco se agachó a recoger la bolsa de gomitas que se le había caído a la niña cuando los vio, bolsa que luego fue arrebatada por Harry y que inició una guerra para ver quién comía más gomitas.

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Estaban ahí caminando por unas de las calles más ajetreadas de todo Londres Muggle, Cissy observaba todo con detenimiento, asombrándose con cada mínima cosa que veía; lo que más llamó su atención fue un señor con un carrito que vendía helados. Iban todos de la mano hasta que ella se soltó y corrió hacia el carrito seguida de Harry y Draco, cuando llegaron la niña ya tenía un helado de fresa con doble bola en sus manos y lista para devorarlo. Harry pidió dos más, uno para él y otro para Draco, quien lo pidió de vainilla y chocolate. Caminaron durante un rato más mientras terminaban de comer su helado, hasta que llegaron a la plaza muggle dónde se encontraba el cine. Entraron cuando ya habían terminado de comer, Cissy pidió ver una película llamada Hop, sobre un conejo parlante.

La niña se asombraba con todo los que los muggles podían hacer sin magia, y más que nada se sorprendió con el conejo que hablaba, tanto que hasta quiso tener uno así de mascota, petición que ambos de sus padres denegaron inmediatamente.

Luego la familia Potter-Malfoy se dirigía hacia un restaurante llamado McDonal's, donde vendía las mejores hamburguesas que Cissy había probado, (según ella), y las únicas.

Después de salir del restaurante Cissy estaba realmente cansada, tanto que se quedó dormida en los brazos de Harry.
Él cargaba a una pequeña niña de seis años con un brazo y con el otro iba agarrado del brazo de su esposo, feliz.

Harry Potter era feliz después de todo, tenía lo que siempre había soñado, estaba con las personas que más quería y todo estaba bien.

Rude.