Cap. 32

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Kimi

— ¿Entonces...entiendes lo que debes hacer?

La voz complaciente de Michikatsu hormigueó a mi lado, asentí en silencio sin quitar la mirada del suelo.

Regresé al pequeño hogar que compartía con Yoriichi antes de tiempo, Michikatsu me tenía en una pequeña residencia del pueblo, por lo que, no estoy muy lejos del pelirrojo.

Y, sí mi teoría es cierta, él llegara aquí muy pronto.

Michikatsu me entregó un pequeño cuchillo que le pedí para poder "llamar" a Yoriichi, luego, él se alejó un poco de la cabaña para esperarme tras haber cumplido mi parte del trato.

Mi corazón duele tan solo con imaginar lo que debo hacer. Pero, al recordar que es por su bienestar, y para que él pueda vivir, entonces el dolor se pasa un poco. Aunque sea, solo un poco.

Una vez sola, me quedé de pie bajo la puerta de entrada de la pequeña cabaña para luego cortar un poco la palma de mi mano, fue un corte no muy profundo, pero lo suficiente para que cayera la sangre necesaria.

Caminé un poco por fuera de la cabaña dejando que la sangre se expandiera a más lugar, por "suerte" hoy el viento es fuerte y el aroma de mi sangre llegara a él aún más rápido.

Con la mirada llena de esperanza para que Yoriichi no se presente me quedé unos minutos en silencio observando el camino que suele ser el punto de encuentro entre ambos.
Apreté mi mano que sangraba con dudas y miedo, pero también con mucho rencor hacia mí por no ser más fuerte y no haber sido capaz de asesinar a Michikatsu con mis propias manos apenas escuché su voz.

Mordí mi labio inferior aún más molesta, di media vuelta dandole la espalda a los grandes arboles con la intención de entrar a la cabaña.
Apenas di un par de pasos cuando sentí aquellos apresurados y desesperados.

— Kimi.

Sus brazos me alcanzaron por detrás apegandome a su pecho, su corazón latía tan fuerte que podía escucharlo incluso sin tener que apoyarme en él. Respiraba tan descontrolado que incluso yo me sorprendí de su falta de enfoque como suele ser comúnmente.

En otro momento, en otras circunstancias, lloraría de felicidad por tenerlo así. Pero, ahora mi pecho duele tanto que las lágrimas derramadas son solo de dolor.

— Lo siento—añadió—. Nunca debí dejarte sola.

Sentí mi cuerpo temblar ante aquellas palabras, pero más me estremecí cuando apoyó su rostro en el espacio entre mi cuello y hombro ocultando su visión del mundo.

— Sé que está aquí—murmuró solo para mí,  una pequeña esperanza llenó mi ser—. No tengo miedo de alzar mi espada por ti, Kimi. Incluso sí es contra mi propia sangre con quién deba pelear.

Dicho aquello, Yoriichi pretendía levantar la mirada para obligarme a hacerle frente. Pero, en cosa de segundos, una daga cortó el aire deteniendose en el costado izquierdo del pelirrojo.

Una facción de dolor se dibujó en su rostro, pero aún así se negó a dejarme ir.

— Querido hermano, siempre tan lleno de ese anhelo de amor y compañía—la voz de Michikatsu llegó a nosotros como un balde de agua fría, sus pasos pesados acabaron con la pequeña atmosfera agradable que mantenía con Yoriichi.

— ¡Tú! ¡Maldito!—grité desesperada al ver la sangre de Yoriichi—. ¡Dijiste que no le harías daño! ¡Lo prometiste!

Una sonrisa de mediolado se dibujó en sus labios, parecía disfrutar de ver mi desesperación y de la condición no tan firme de Yoriichi.

Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*Where stories live. Discover now