Cap. 24

6.1K 708 526
                                    

Capítulo veinticuatro: Avergonzados.

Lo veía y no lo creía.

Yoriichi está dormido a mi lado.

Tras aquella charla, y el llanto emocional femenino de mi parte por tan dulces palabras, él decidió quedarse a mi lado.

"Eres una niña frágil" fue lo que dijo con una sonrisa en su rostro mientras secaba mis lágrimas.

Yo había cedido por el peso emocional de todo lo sucedido, estar al borde de la muerte realmente causó un efecto en mí.

Somos tan efímeros, tan fugaces.

Él me abrazó hasta que logré calmarme, su respiración se sentía tan suave que pensé lo tan relajado que estaba. Además, como durmió la noche anterior sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared, ha de estar sumamente cansado. Así que, cerré mis ojos y caí en un profundo sueño.

Eso, nos llevó hasta aquí.

El pelirojo estaba dormido frente a mí, aunque no se cubrió con la manta ya estaba demasiado cerca de mi cuerpo.

Mantenía su brazo doblado bajo su cabeza utilizandose de almohada.

Observé su tranquilo rostro con detenimiento, analicé cada uno de sus rasgos.

Un muchacho de aspecto fuerte, serio, e incluso fuera de sí, esconde en su interior un cálido y amable corazón.

Sonreí despacio, estar junto a él le da un sentido a mi vida.

— ¿Seguiras observandome en silencio sin siquiera pretender algo más?—sonrió.

Nuevamente caí en las palabras de Yoriichi. Siempre sabe como atraparme.

— L-Lo siento—dije avergonzada, él abrió uno de sus ojos para verme de forma curiosa.

— ¿Estás mejor?—dijo con su voz ronca, parece que tuvo un sueño bastante reparador.

— Si, muchas gracias—respondí con una sonrisa.

— Me alegra escuchar eso—susurró.

Llevó una mano a mi cabello para agarrar un mechón de el y sostenerlo con suavidad. Al hacer aquello, pude ver lo sucio y opaco que se veía, un grito desesperado salió de mi boca.

— ¿Qué sucede?—preguntó alerta, se apoyó en sus manos para levantar su cuerpo.

— Yoriichi—dije apenada—, necesito tomar un baño.

Aquellas palabras que significaban más para mí fueron recibidas de forma normal para él.

Él asintió despacio, salió de la habitación y comenzó a preparar el agua.

Por mi parte, quité la manta para ver mi pierna. La herida aún dolía demasiado sí rozaba apenas la venda, ponerme de pie fue descartado de inmediato.

Espera. Sí no puedo ponerme de pie.

Mi rostro fue convertido en un tomate al pensar en lo que acabo de hacer, le he pedido a Yoriichi, el muchacho que se acaba de confesar que me ayude con el baño.

En eso, su presencia llenó la habitación.

Se puso de rodillas en silencio y me tomó entre sus brazos para cargarme estilo princesa.

— E-Espera—chillé sonrojada—, ¿q-qué haces?

Sus ojos rojos chocaron con los míos.

— Ayudarte con el baño—sonrió—. No puedes ponerte de pie por tí misma, y dije ya que te ayudare en todo lo que sea necesario.

Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora