Cap. 4

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Capítulo cuatro: Melodía.

Unos apresurados pasos que corrían fuera de la habitación terminaron por despertarme. Al instante en que más me despertaba y lograba agudizar mis sentidos, más podría jurar haber escuchado los llantos de mujeres.

De un salto salí del futón, antes de que pudiese desvestirme para cambiarme de ropas con la idea de salir, la puerta de mi habitación se abrió intrepidamente.

—¡Haru!—chillé. Eran pocas las veces que me molestaba con ella, y esa manía que tiene por abrir la puerta en los momentos menos esperados había sido en esta oportunidad una razón para molestarme.

—Señorita Kimi—su voz quebrada fue una pequeña alerta de lo que sucedía—, la señora Tsugikuni...

Ni siquiera logró terminar la oración y comenzó a llorar a mares, asentí en silencio mordiendo mi labio inferior impidiendo que las lágrimas salieran de mis ojos.

—Dame un minuto—hablé a secas—. Debo cambiarme.

Haru me dejó a solas para poder hacer mis cosas, pero en realidad necesitaba un poco de soledad para llorar en silencio su partida.
Logre calmarme al poco de unos minutos, cambié mi kimono por uno más suave y frío.

— Vamos—susurre cuando salí de la habitación, como pensaba Haru estaba allí fuera de mi habitación esperandome.

Caminamos en silencio, Haru ahogaba pequeños chillidos de llanto, era normal que le afectara tanto, pues el ambiente en toda la casa era para deprimirse.
Llegamos hasta la habitación en la que solo unas horas antes había visto a la señora Tsukiguni sonreir amablemente.

Con respeto entramos al gran cuarto, en el centro del lugar su cuerpo era rodeado de sus seres más cercanos quienes lloraban la pérdida.
Logré divisar al señor Tsukiguni que observaba con la cara tensa y las arrugas húmedas el frío y pálido cuerpo de su mujer, a su lado mi prometido lloraba desconsolado mientras sostenía las manos de su madre.
Las otras personas eran los críados más fieles y cercanos, también algunos amigos de la familia. Pero, para mi sorpresa, el muchacho que tanto busqué con la mirada no se encontraba allí.

—Necesito salir, no puedo estar aquí—Haru me observó confundida con sus ojos achinados de tanto llorar.

No fue solo la muerte de la señora Tsugikuni, la ausencia de Yoriichi terminó por derrotarme. De alguna forma me sentí traicionada, el estar a solas con Michikatsu y tener que consolarlo era algo que me estremecía, no lograba siquiera imaginar esa escena.
En principio, contaba con la presencia de Yoriichi para poder llevarlo con más calma, pero ahora al ver que no estaba allí no podría ser capaz de hacerlo sola.

Caminé sin destino por la residencia, crucé pasillo tras pasillo, choqué con un par de personas pero nada detenía mi andar.
Hasta que una dulce melodía de flauta llegó a mis oídos.
Era tan triste y meláncolica que mi pecho dolía, de forma automatica comencé a caminar siguiendo la suave música.
Cada vez la iba sintiendo más y más cerca, caminé un poco más y la melodía se iba haciendo más fuerte.
En ello, tras haber seguido casi con los ojos cerrados la melodía pude llegar hasta el gran patio trasero de la residencia.
Allí, bajo un gran árbol se encontraba Yoriichi con sus ojos cerrados tocando una pequeña flauta.

Caminé despacio con el cuidado necesario para no interrumpir su acción, bastaba ver su rostro, aunque no viera sus ojos sabía que esa triste melodía era una despedida para su madre.

El cesped se veía tentador bajo mis pies, a pesar de que el verano ya esté pronto a terminar, aquí parecía estar en su mejor momento.
Tentada por el suave tacto de este, me quité los zapatos para sentir la hierba directamente con mi piel.
Era reconfortante, cálido y tierno, no podía tener una sensación más agradable que esta, acompañado de la triste melodía de Yoriichi dejé que mi alma expresara la tristeza por la partida de la señora Tsugikuni.

Cerré mis ojos recibiendo la melodía en mi interior, los rayos de sol chocaban con mi piel y suave cesped era mi escenario.

En ello, la melodía llegó a su tono más alto, subía y bajaba pasando por todos los tonos, mi cuerpo no se pudo negar a ello y comencé a dar pequeños giros disfrutando la agradable sensación.
Poco a poco, la flauta fue bajando su volumen, pero seguía concentrada y embriagada de la melodía que aún sonaba en mi cabeza.
La música se detuvo despacio, detuve mis giros con delicadeza.
Busqué con la mirada al flautista, y allí aún bajo el gran árbol me observaba con una sonrisa mientras sostenía su flauta entre sus manos.

— Yoriichi—susurré. Estaba feliz de verlo, con él cerca ya no sentía miedo alguno a Michikatsu—, te estaba buscando.

Sonreí de forma boba, pero al contrario de lo que yo pensaba, él pareció sorprenderse por mi sinceridad.

— Kimi—susurró—, también pensaba en ir a buscarte.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, mis mejillas ardieron con nerviosismo pornsus palabras.

— ¿Por qué?

— Me ire de éste lugar...,había vuelto por mi madre. Sentía que su fin estaba cerca, y por ello había venido a acompañarla.

Mi mundo pareció detenerse en ese momento, cuando finalmente había encontrado una luz de esperanza, esta comenzaba a desaparecer poco a poco entre la oscuridad.

— ¿Volveras?

— No lo creo...,debo hacer mi vida. Quiero hacer una vida. Pero, esa vida no puede ser aquí.

Sentí mis manos temblar, por alguna razón mi pecho dolía con más fuerza.
Ahora que finalmente había encontrado alguien en quién apoyarme, éste se iría en cualquier momento.

Quería llorar, gritar, pedirle que no se fuera.
Disculparme por los malos prejuicios que tuve sobre él, que a pesar de todo es muy distinto a Michikatsu.
Que de alguna forma sentía miedo a lo que comenzaba a sentir...,pero no podía decir todo aquello.
No cuando el futuro de mi familia está en mi espalda, no cuando es con mi futuro cuñado con quien estoy hablando.

— Espero que tengas un buen viaje, Yoriichi-hice una pausa—. Deseo que encuentres la vida que tanto buscas.

Me dolía todo, desde el cuerpo hasta el alma. Pero lo que más me preocupaba eran mis reacciones cuando se trata de él, ¿qué es lo que tiene Yoriichi para que me provoque sentir algo tan fuerte por alguien que apenas conozco?.

 Pero lo que más me preocupaba eran mis reacciones cuando se trata de él, ¿qué es lo que tiene Yoriichi para que me provoque sentir algo tan fuerte por alguien que apenas conozco?

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Martes de Yoriichi~♡

Espero hayan disfrutado del capi, me alegra leer sus lindos comentarios!! Estoy muy agradecida del apoyo que le dan a este fic♡

Nos leemos luego~

Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*Where stories live. Discover now