Cap. 10

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Capítulo diez: Corre.

Mi cuerpo tembló cuando ella comenzó a soltar gruñidos, se acercó aún más mientras sus uñas comenzaban a crecer.

— ¿H-Haru?...,¿qué te han hecho?—mi voz se quebró presa del pánico que llenaba mi ser en ese momento. Michikatsu me sostuvo con más fuerza cuando intenté nuevamente soltarme de su agarre.

Pero lo que más me desconcertó fueron las risas de Haru que llenaron el lugar. Parecía disfrutarlo, su rostro estaba relajado y su sonrisa nunca había sido tan amplia.

— Soy libre—gruñó—. Ya no tengo que andar siguiendo los torpes pasos de una malcriada como tú.

Es conciente, está a gusto y disfruta su nueva apariencia.

— ¿Qué dices?—protesté.

— No mereces estar a su lado—señaló a Michikatsu—, tú nunca podrías hacerlo feliz.

El nombrado soltó una risa, pero no era de burla ni mucho menos de fastidio.

— Estan locos, tú y él son tal para cual.

Ella detuvo su andar y la sonrisa de su rostro se esfumó, giró su cuello repentinamente a su derecha y con la velocidad de un rayo, Yoriichi la atacó con su katana.

— Sabía que no vendrías sola—chilló Haru. Había logrado esquivar el ataque a duras penas, fue solo un segundo que la mantuvo viva.

— ¿Qué hace él aquí?—Michikatsu habló molesto, su voz dejó huella de que se había irritado aún más ahora que sabía la presencia de Yoriichi—, ¿Cómo sabías que estaríamos aquí?

Haru rió fuerte ante sus preguntas, ella parecía estar segura de cuales eran las respuestas.

— ¿No crees que es bastante obvio?—murmuró—. Esa maldita le avisó a Yoriichi de éste encuentro. Por eso tiene que haberlos seguido.

Sentí el cuerpo de Michikatsu tensarse aún más a mi espalda, llevó una mano a mi cuello y comenzó a estrangularme con todas sus fuerzas.

— Te llevaste el amor de mi madre—hablaba con odio, envidia y rencor—, y también pretendías llevarte el amor de mi mujer.

— ¡Sueltala!—pude ver la desesperación en su rostro, Haru aprovechó el descuido para tratar de atacarlo, pero Yoriichi fue lo bastante rápido para esquivarla.

— Decide, hermanito...,es tu vida o la suya.

Mi vida está en sus manos, ya no hay futuro ni brillantes días para mí llenos de estúpidos sueños que nunca podre cumplir.
Pero, eso no es lo que quiero, no dejaré que ellos decidan sobre mi vida. No quiero ser siempre la dama en peligro.

Recordé el broche de mariposa que llevo en mi cabello, así que con dificultad apenas cuando sentí a Michikatsu dudar por un momento, lancé mi cabeza hacia atras para darle un fuerte golpe en su rostro. El broche de mariposa logró hacerle daño en un ojo, él me lanzó al suelo bruscamente mientras llevaba sus manos a su ojo herido

— ¡Maldita bastarda!, ¡¿Qué hiciste?!—ante mi sorpresa era Haru quién me increpaba con ira en su voz.

Yoriichi no dudó un segundo y corrió a toda prisa a mi lado, me tomó de la mano y comenzamos a correr dejandolos a ambos detrás.

— ¡Corre Kimi!—gritaba mientras nos alejabamos a toda prisa por el gran bosque.

Los pasos de Yoriichi eran mucho más rápidos de los que yo lograba dar, mis piernas comenzaron a doler más pronto de lo planeado.
Sentía mis pulmones arder por la mala respiración que llevaba, mi frente sudaba por el agotamiento y cada vez jadeaba con mayor intensidad.

Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*Where stories live. Discover now