2018 - Enero - 9 meses

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Enero fue muy turbulento los primeros días. Trabájate prácticamente 15 días seguidos cubriendo las vacaciones de uno de los chicos de portería. Solo venías, comías, dormías. Esos 15 días no te importó el sexo, pero yo me empecé a sentir sola. Bueno más sola de lo que estaba, básicamente, empecé a darme cuenta que estaba sola.
Te exigí que saliéramos a tomar un helado, a tener una salida, hace 4 meses que no salíamos y no salía, solo del instituto a mi casa, nosotros solo nos veíamos en mi casa, estaba cansada de eso.
Accediste, pero al finalizar la salida me reprocharle de que yo decía que tú no me daba mi espacio para estudiar, y que yo no le daba su espacio para trabajar. Cuando lo único que hacía era prestarle mi casa 5 días a la semana o más, darle comida, una cama y solo verlo dormir. Pero el monstruo obviamente, era yo.
Casi terminado enero nos fuimos de vacaciones, nuestras primeras vacaciones. El lugar no fue muy lindo donde nos quedábamos y mi madre estaba súper irritante por eso, todos lo estábamos. Compartimos el lugar con la amiga de mi madre y sus dos hijos un nene de 9 y una chica de 15 años, básicamente, éramos los niñeros.
No tuvimos mucho tiempo para estar solos, solamente una vez estuvimos solos. Te enojaste porque no pudimos salir a cenar juntos como querías, no podía dejar de lado a mi mamá.
Ellos no se llevaban bien así que me sentía como si estuviera en entre medio de la espada y la pared.
Volvimos de las vacaciones, estaba todo bastante tranquilo milagrosamente. Pero siempre teníamos nuestras mini peleas, siempre nos decíamos que no estábamos tan mal como Mel y su novio, de alguna forma esa comparación nos hacía sentir bien. Justificabas y justificaba todo lo mano que me hacías comparándonos con ellos dos, cuando eran problemas distintos, porque éramos parejas distintas, no quitaba que me hacías sentir un infierno. 

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora