~ Yoonmin ~ 👑 ||Omegaverse||
Un rey cegado y dominado por la lujuria, el poder, la dominación, prepotente, orgulloso, amado por muchos y odiado por otros, queda a cargo del Reino de Daegu cuando su padre muere.
El Rey Min, desea librarse unas hora...
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(Narrador Omnisciente)
La hora esperada había llegado, Kim Ji-eun sería sentenciada y juzgada por el reino de Daegu.
Personas del pueblo estaban en el centro de este, donde la principal autoridad eran los consejeros, los Reyes Min y los Kim.
Ji-eun estaba en el centro, sentada en una silla donde había sido amarrado de manos y pies, evitando que pudiera hacer algún movimiento indebido.
La Omega tenía la mirada fija en una sola persona, que no era precisamente Jimin o Yoongi, si no en alguien quien ella detestaba más que la pareja de esposos.
Claro que nadie se dió cuenta de ello en ese momento.
- Kim Ji-eun, acusada principalmente por atentar en contra de la vida de Min Hoseok, Min Yoongi, Min Jimin y el futuro heredero de Daegu, así como también por poseer sustancias prohibidas con una bruja, se le acusa de ser posible miembro del grupo de los rebeldes - Dijo Heechul, el líder de los consejeros, fijando duramente su mirada en la Omega.
Los actos que había cometido la Omega sin duda eran graves, pues ella no solo había cometido un error, ella había atentado contra la vida de los reyes y futuro heredero de Daegu, cavando su propia tumba en el proceso. Su sentencia no sería sencilla y mucho menos piadosa por ninguno de los presentes.
- Antes de sentenciarla - Dijo Yoongi, deteniendo todo movimiento o palabras de los consejeros - Quiero que me digas Ji-eun - Observó fijamente la mirada en la Omega - ¿Tú eres parte de los rebeldes?
Ji-eun desvió la mirada de quién la tenía y vio fijamente a Yoongi, sonriendo cínicamente, pero demostrando en su mirada, temor, esperanza y culpa, una que Jimin fue capaz de notar.
- Si... - Respondió la Omega. Escuchando el parloteo y susurros del pueblo.
Yoongi suspiró y cerró sus ojos un segundo, notando la determinación que tenía Ji-eun de confesar todo lo que le preguntará.
- La guarida de los rebeldes... ¿Esta dentro del bosque oscuro? - Preguntó una vez más el Alfa. Ji-eun regreso la mirada a la persona quién la observaba con amenaza en su mirada.
- Si - Respondió sin titubear. Pues a pesar del miedo que tenía, sabía que moriría y ya no tenía nada más que perder. Pues tenía mucha culpa en su corazón, sin embargo el haber pedido perdón a su hermano y ser perdonada por el único que le interesaba la tenía tranquila y sin miedo a nada más, que solo a morir, aún sabiendo que eso sucedería.
- Ji-eun - Llamo un vez más el Alfa - Si confiesas todo lo que sabes sobre los rebeldes, tu sentencia podría cambiar.
Entonces la Omega se alarmó, pues ella prefería morir en ese instante que tener una sentencia, de la cual después sería torturada por quienes la obligaron hacer todo lo que hizo, aunque en su momento lo vio fácil y con muchas posibilidades de ser más de lo que ya era, ahora estaba arrepentida y solo quería terminar con su calvario.
