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Soobin era bastante paciente, con Yeonjun lo era el doble porque conocía a su novio, por eso mismo le avisó que debía comenzar a alistarse dos horas antes de su prueba del día, no importaba si solo tenía que ponerse ropa cómoda y su bañador, Yeonjun siempre se tomaba su tiempo para arreglarse.

Sin embargo, en esa ocasión, con menos de media hora para poder presentarse en la piscina donde sería su prueba final, Yeonjun no daba indicios de salir del baño donde se había encerrado para arreglar detalles.

—Junnie-hyung —llamó frente a la puerta del baño, se estaba preocupando y que el maestro Lee haya tocado a su puerta minutos antes para recordarle que ya debían bajar, no ayudaba —debemos bajar a la piscina.

Silencio fue la única respuesta que obtuvo y que comenzó a inquietarlo, su novio se había levantado muy temprano, en silencio y con apuro buscando desesperadamente entre sus maletas, él se sentía demasiado adormecido para preguntar así que sólo se dejó vencer por el sueño y luego despertar minutos antes del desayuno, para ese entonces Yeonjun ya estaba más tranquilo y lo saludo con un beso en la mejilla, ambos bajaron a comer y conversaron de cosas al azar, sobre los ya cinco días en ese lugar y lo tediosos que fueron porque por más bonito, cómodo y lujoso que fuera, se sentía como un internado, una cárcel y se juraron nunca matricular a sus hijos en uno ni dejar que Sanha o el pequeño Wooseok fueran matriculados en alguno.

En fin, no percibió algún cambio de humor o comportamiento en el omega hasta que el mayor se encerró en el baño. Los nervios de Soobin se crisparon cuando al interior escuchó un traqueteo y temió porque el mayor se hiciera daño.

—Junnie, voy a entrar, abre la puerta por favor.

—Estoy bien Soobinnie, solo los nervios. Ya salgo.

El alfa no pareció muy convencido y se lo hizo saber, Soobin no estaría tranquilo hasta ver que estaba realmente bien, porque pudo sentir la duda en la voz de su pareja. En su mente miles de situaciones se pintaban nada agradables, Yeonjun enfermo, Yeonjun herido, etc.
Pero nada lo preparó para lo que se encontró cuando el mayor abrió la puerta, Yeonjun con el torso desnudo, despeinado, sonrojado y con marcas violáceas esparcidas por todo su cuerpo.

—Wow —fue lo único que atinó a decir.

—¿wow? ¿Solo eso? Soobin, tengo marcas en todo el pecho. Y el maquillaje a prueba de agua no es cien por ciento eficaz.

Soobin asintió comprendiendo la situación, tal vez se excedieron la noche anterior además de haber roto su palabra de que no iba a pasar nada y aunque no pasaron a mayores, solo un par de besos y una mordida fresca sobre la anterior, era vergonzoso para él admitirlo.

—¿solo llevarás ese bañador? —preguntó luego de un vistazo rápido a todo el cuerpo de su novio.

—Claro que sí, tonto, voy a nadar.

—¿Ni un polo?

—No, es demasiado incómodo, pero ahora creo que me veo en la obligación de hacerlo. ¿Por qué?

—Nada. Tienes razón, lo siento —Soobin sacudió la cabeza, mentalizandose en cuántos idiotas tendría que callar porque era imposible que alguien no se fijara en lo guapo que era su novio, con camiseta o no, antes ya se había percatado de las miradas indiscretas que se posaban en él —te puedo dar una camiseta, tengo una que Jungkook hyung me obsequió y que solía usar en la playa, él seguía clases de surf y la ropa estaba al dos por uno.

Yeonjun arqueó una ceja ante lo conveniente que sonó todo y se regañó por no ser igual de precavido cuando él era el que iba a competir.

—Dame esa camiseta, de una vez

Lemongrape; Grape On Top!  (Soojun/Yeonbin +×+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora