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—No necesito una niñera, puedo cuidarme solo— Reclamo el menor a su madre cruzándose de brazos

—Jake, hijo, tienes 13 años, aún estás muy pequeño para quedarte solo, no me voy a arriesgar a que algo te pasé— Espetó Connie en tono firme

La discusión había dado orígen, gracias a que Connie debía irse de viaje para un posible aumentó de sueldo y rango en su trabajo, una oportunidad perfecta para una mejor vida. Pero el problema era que debía irse por toda una semana, así que no podía llevarse a su hijo con ella, por lo que tenía que buscar a alguien que cuidara de Jake.

—Entonces si no quieres que nada me pase, no me dejes a cargo de un desconocido— Exigió Jake mirando desafiante a su madre

Connie retuvo un suspiro de frustración, se sobo el puente de la nariz tratando de tranquilizarse. En todo caso, Jake tenía razón, no podía contratar a una niñera en poco tiempo y dejarla a cargo de su hijo así como así. Además de que su sueldo no alcanzaba para una. Entonces ¿qué otra cosa podía hacer?

—Vete a tu habitación, pensaré en una solución para mañana.

El preadolescente miro con duda a su madre, aún estando enojado.

—Jacob, obedece— Demandó entre dientes la mujer

El menor refunfuño haciendo una mueca, se retiró a su habitación dándole un azote a la puerta. Connie se permitió soltar el suspiro que retenía mientras se ponia a pensar.

Definitivamente no iba a contratar una niñera, no se iba a arriesgar a que un desconocido estuviera a cargo de su hijo. A menos de que... Conociera a ese desconocido y supiera que tiene un hijo.

Si, llamaria a la directora de la escuela para que la apoyará con su idea mandaría a llamar a los padres de los compañeros de clase de Jake para que uno de ellos se encargará de cuidar de su hijo mientras no estuviera disponible, además de que así sabría que realmente estaría yendo a la escuela y no escapándose como era costumbre.

Sonrió levemente ante la idea y se dirigió hasta su bolso en donde tenía su teléfono marcando el número de la directora que le había dado a los padres de familia en caso de emergencias. Solo esperaba que alguien la apoyará en su decisión.

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—Jake, mira el lado bueno, al menos gracias a ese viaje, tu mamá tendrá una mayor posibilidad de que tengan una casa propia y vivan mejor— Mencionó una rubia de ojos verdes y piel blanca a su mejor amigo

Jake había hecho una videollamada, contandoles a sus amigos más cercanos la situación que estaba pasando.

—Apoyo a Tricky. Deberías darle una oportunidad a esto. Además tener una niñera no puede ser tan malo— Respondio un moreno de cabello afro

—¿Qué no es tan malo? Acaso no han visto las películas, nada bueno puede salir si tengo una niñera. Además estoy lo suficientemente grande para cuidarme solo— Reprochó la “víctima” de la situación

—Jake, con mucha honestidad, no puedes cuidarte solo. Recuerdas cuando te quedaste atorado en una silla del salón solo porque intentabas hacer un truco de acrobacia— Añadio otra chica de cabellos negros con mechas violetas, con un traje caracteristico de alien. —Tuvimos que llamar a la enfermera para que te ayudará, además de que llorabas peor que un bebé

—¡Yutani!, ¡dijimos que ya no íbamos a mencionar eso!— Chillo con frustración el castaño llevando una de sus manos hacia su rostro con el fin de ocultarlo

—Como sea, Jake, no puedes cuidarte solo ya está. Así que deja que tu madre haga lo que crea correcto para ti— Contestó Tricky en tono firme

—Desde luego solo será una semana, confío en que podrás soportarlo— Agregó seguro, Fresh

—Sabes que puedes contar con nosotros si algo malo sucede— Añadio Yutani

El único castaño de los cuatro sonrió agradecido, sus amigos a pesar de ser pocos, eran los únicos en los que podia confiar sin temor a que estos lo traicionaran.

—Gracias, chicos.

Jake término por agradecer a sus amigos y salió de la videollamada, apagó su teléfono y lo arrogó sobre la cama para después arrogarse él quedando boca arriba. Tenía que hacer algo para convencer a su madre de que su idea sobre una niñera cuidando de él, era absurda. Pero antes de que hiciera cualquier otro movimiento, la puerta de su habitación fue tocada.

—Pase— Contestó sentándose sobre la cama

Cuando la puerta fue abierta, Connie entró a la habitación con una leve sonrisa en su rostro, con eso Jake sabía que algo tramaba.

—Hijo, ya pensé mejor las cosas y sabes... Tienes razón, no necesitas una niñera.

Jake parpadeo unos segundos, había oído bien, su madre estaba de acuerdo con él en algo, eso era nuevo.

—Disculpa, pero... ¿Lo dices en serio?

Connie asintió con la cabeza para proceder a continuar hablando.

—Si, es verdad que no puedo dejarte con alguien que no conozco, pero si con alguien que tú conozcas— Ante eso, la mujer sonrió más

—¿A qué te refieres?

—Lo que quiero decir es que, no tendrás una niñera, pero si va a haber alguien que te cuide y esos serán los padres de uno de tus compañeros de clase.

El menor de los Bressler abrió sus ojos lo más que pudo, ¿Los padres de uno de sus amigos cuidando de él? Realmente no lo esperaba, solo rogaba con que fueran los de sus amigos cercanos. Así tendría con quién contar cuando intentará realizar una de sus “escapadas” a los metros.

La idea le hizo sonreír ante su madre, la mujer tampoco despejó su sonrisa de su rostro.

—De acuerdo, eso suena mejor de lo que espere— Aclaro convencido

—Perfecto, mañana la directora hablara con los padres de tus compañeros, así que mañana mismo irás a su casa. Así me dará tiempo para estar lista para el martes— Explicó la mayor

—Esta bién.

—Lo mejor será que acomodes lo necesario en tú maleta, mañana la vendré a buscar luego de hablar con los padres de tu compañero, ¿De acuerdo?— Comentó Connie mientras sacaba de un armario una maleta de color azul

—Si, ya entendí mamá, eso puedo hacerlo solo. Ya puedes irte— Pidió Jake tomando la maleta para después colocarla sobre la cama

Connie miro con una pequeña sonrisa a su hijo para después poner un semblante de tristeza, extrañaria demasiado a su único hijo y la razón de su vida durante ese viaje.

Sin esperarlo, Jake recibió un abrazo de su madre, el cual correspondió con ternura.

—Te amo, hijo. Por favor, recuérdalo y nunca lo olvides—Pidió con la voz entrecortada la mujer

Jake la abrazo aún más, hundiendo su rostro en el pecho de su madre.

—Siempre lo voy a hacer. No te preocupes, Mamá. Además no te irás para siempre, nos veremos después de una semana.

Luego de unos segundos, madre e hijo se separaron. Connie le dio un beso de buenas noches a su hijo en la frente, para después irse de la habitación.

Por su parte, Jake comenzo a colocar su ropa y lo que fuera necesario para su estadía en su “nuevo” hogar.

Esperaba que esa semana estuviera llena de sorpresas.

7 Días contigo | FrankeWhere stories live. Discover now